Tres partidos y cinco entrenadores distintos en un solo curso

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

Tras Idiakez, Alcaraz y Natxo González, La Romareda asistirá a un duelo inédito desde los banquillos

01 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Real Zaragoza era un equipo de play off a estas alturas de la temporada pasada. Con Natxo González en el banquillo, los maños enlazaban victoria tras victoria en una segunda vuelta meteórica. Acabaron terceros la Liga. Una cascada de ilusión corría grada abajo en la Romareda tantos años después.

Todo se torció cuando el equipo se la jugaba. Se filtró la noticia de que Natxo entrenaría el próximo curso en A Coruña y la afición tuvo un chivo expiatorio sobre el que descargar la frustración cuando apareció el Numancia en el camino. El sexto le ganaba al tercero y en el juicio del estadio no sirvió de nada la rueda de prensa del vitoriano asegurando que el compromiso estaba intacto independientemente de la inminente mudanza.

Cuando el Deportivo apareció por allí para comparecer en Copa, la grada le tenía ganas. Así se lo hicieron saber. La afición blanquilla, con Imanol Idiakez al frente, tuvo una insatisfactoria revancha al eliminar a los coruñeses dirigidos por su ex.

Desde aquel día se acumularon las decepciones e Idiakez acabó haciendo las maletas en la jornada diez, incapaz de superar la expectativa que dejó el recuerdo de Natxo. Le sustituyó Lucas Alcaraz.

La labor del granadino fracasó sobre el césped, pero sirvió para fijar el objetivo del Zaragoza. Del sueño del ascenso a la necesidad de la permanencia. Un breve lapso que finalizó precisamente en Riazor, en la segunda cita entre ambos. 3-1 y final del trayecto. Un hombre de la casa y que pase lo que pase, pensaron en los despachos. Víctor Fernández, al que la grada dejaría trabajar, sería el encargado de poner paz o, como Nerón, de incendiar su patria.

Todo era felicidad tras aquella victoria en A Coruña, pero el tópico de que esta Liga es muy larga acabaría por aplastar a Natxo González para delirio de los foros zaragocistas.

El tópico y esa conjugación de impaciencia e inmediatez en el que vive instalado el fútbol del siglo XXI deparará para la tercera cita entre los dos equipos este curso un encuentro un cambio total en los banquillos, además de un duelo inédito entre entrenadores. Tres partidos y, en total, cinco entrenadores distintos desfilando. Y dicen los manuales de amor que es precisamente la tercera cita la que decide cuál será el futuro de los dos implicados.