Tiempo para lidiar la presión psicológica, deportiva y económica

Pepe Velo

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Los cuatro equipos en lucha por la última plaza de ascenso comparten motivaciones y preocupaciones

12 jun 2019 . Actualizado a las 12:21 h.

Después de una larguísima temporada, los cuatro equipos clasificados para la fase de ascenso a Primera División tienen todos algo en común: una gran presión en el plano deportivo, económico y psicológico.

El estado de ánimo actual de los futbolistas -el del Deportivo, al engancharse a la fase de ascenso en el último tren, es más alto que el de los demás rivales, y eso es muy importante- va a resultar decisivo. Por eso la mente del jugador tiene que estar preparada para afrontar este reto, que no garantiza por sí solo el ascenso, pero sí aumenta el rendimiento deportivo de los futbolistas. Como al éxito y al fracaso los separa una línea muy fina, un ascenso se decide muchas veces por pequeños detalles. Por todo eso, los aspectos a tener en cuenta son varios.

Control de las emociones

El control de las emociones intensas es básico para evitar una pérdida de concentración en los futbolistas. Por ejemplo, un marcador desfavorable, estar jugando mal, un error arbitral importante, ansiedad, enfado, desilusión, euforia... Ante estas situaciones, los jugadores, para reducir la intensidad de las emociones, pueden aplicar una técnica de respiración abdominal/relajación in situ, autodiálogo interno, automensajes positivos.

Confianza

 Tener confianza es fundamental y para ello los jugadores, antes del partido, deberían reflexionar: ¿Por qué hemos conseguido meternos en el play off? ¿Qué armas tenemos a nivel grupal e individual? ¿En qué cosas somos buenos? ¿Qué valores tenemos para habernos clasificado después de una temporada difícil? Cuando hemos ganado, ¿qué pusimos en práctica a nivel grupal e individual?.

Conviene completar este análisis viendo vídeos en los que el equipo consiguió triunfos. Todo ello conducirá al equipo a conocer cómo ha alcanzado el éxito y, cuando se conoce el camino del éxito, se puede repetir nuevamente.

Los errores

Las eliminatorias constan de dos partidos, 180 minutos, y hay que jugar con este planteamiento. Aunque se produzca un resultado negativo, hay tiempo para superarlo. Los jugadores deben centrarse únicamente en el presente y dejar de lamentarse de un fallo, de un error, porque si no lo hacen así se van a distraer del juego y cada futbolista debe saber que las situaciones técnicas las puede controlar. Por tanto, hay que dejar de mirar por el retrovisor.

Cuidar los mensajes

Los mensajes del equipo y del entrenador tienen que ser idénticos, ir en una única dirección, porque no puede suceder que el entrenador emita un tipo de mensaje y luego un jugador diga lo contrario en rueda de prensa.

Mensajes del tipo «este partido es una final», «nos lo jugamos todo en este play off», «si no ascendemos se nos va echar encima la afición y la prensa», etcétera, son frases que no aportan nada porque no son motivantes y, lo que es peor, añaden presión y tensión al equipo en momentos que ya de por sí son muy tensos. Todos saben lo que se juegan, no conviene machacarlos, y menos el día del partido. Por tanto, mensajes positivos basados en lo que saben hacer, en sus fortalezas.

Adecuada activación

La activación es un factor muy importante en el rendimiento deportivo. Los futbolistas no deben jugar excesivamente motivados porque eso origina una activación muy alta que daría lugar a jugar acelerados, agarrotamiento muscular que afectaría a la precisión y llevaría a actuar impulsivamente (cometer faltas innecesarias, mucho individualismo, riesgo de expulsión). Todo ello, como resultado final provocaría cometer muchos errores. Pero tampoco pueden jugar muy relajados, porque necesitan tener cierta tensión competitiva.

Por tanto, cada jugador tiene que aprender a buscar su nivel óptimo de activación. Deberían entrenar una técnica de relajación acompañada de técnicas de visualización, que además de servir para regular el nivel de activación aumentan la autoconfianza, la concentración y la motivación.

La afición

La afición es un arma de doble filo para el entrenador y los futbolistas. Murmullos desde la grada, silbidos, etcétera, pueden provocar en los jugadores (especialmente en algunos) pérdida de autoconfianza y concentración en el juego.

Entrenador, jugadores, directiva y medios de comunicación deben de tratar que haya una sintonía entre el equipo y la afición para evitar grandes tensiones que perjudican al rendimiento deportivo del colectivo. Por eso entrenador y jugadores tienen que evitar enfrentamientos con su afición, pedir su apoyo, agradecer siempre su aportación, saber pedir disculpas cuando sea necesario y ser autocríticos.

Y la afición deportivista, sin duda, va a responder apoyando al equipo como siempre, máxime ahora que pasó de ver todo perdido a sentirse esperanzada e ilusionada. Terminó la temporada regular y el Dépor sigue en la pelea, que empieza en Riazor.

Pepe Velo es psicólogo, técnico nacional y profesor de la Escuela Gallega de Entrenadores.