La característica que más me llamó la atención de Dani es que es difícil encontrar un jugador que rebase mejor las líneas de lo que lo hace él. Me impresionó. Es, sin duda, uno de los mejores jugadores que tuve la oportunidad de entrenar. Al margen de haber tenido la pizca de fortuna que siempre hace falta, ha creído en sí mismo y en su talento. Ha tenido que sacrificarse mucho. Vino a Ferrol, no conseguimos ascender a Segunda, se fue a Albacete y lo logró allí. El salto que ha dado al fútbol profesional, y al nivel que lo ha hecho, no es nada sencillo. Es un chaval que se lo ha currado mucho, nadie le ha regalado absolutamente nada en el camino. Se lo dije en su momento, cuando era su entrenador. Ha ido dando pasos pequeños, pero certeros. Tiene mucha ambición, se frustra cuando las cosas no le salen y eso es digno de elogio. Ese afán competitivo es el que le ha ayudado a tomar determinadas decisiones en su carrera, e ir buscando su sitio en nuevos objetivos, hasta tener en su mano la Primera División. Todos los futbolistas que ahora están en Tercera lo saben. Llegar hasta ahí arriba es muy difícil. Pocas veces se consigue. Así que, llegue antes o llegue tarde, Dani ha podido cumplir una ilusión que tenía entre ceja y ceja.
Manolo García entrenó a Dani Rodríguez en el Racing en la liga 2014/15 y dirige al Somozas