Tres centrocampistas para salir de atrás

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

El cambio en el sistema de Luis César facilitó una mejoría individual y colectiva incompleta por la falta de gol, pero que sirve de punto de partida para la reacción

25 nov 2019 . Actualizado a las 10:20 h.

En la historia reciente del Dépor, la que conduce desde el camino al título de Liga hasta las puertas de Segunda B, cada reacción ha estado relacionada con un movimiento repoblador. Una decisión táctica de ocupación que modifica el reparto de espacios y tareas en zonas especialmente endebles. Unas veces la zaga; otras, la medular. Siempre apostando al tres. Flavio-Mauro-Jokanovic, en el 99. Coloccini-Lopo-Amo, en el 2008. Con Irureta en San Mamés; con Lotina en casa, frente al Valladolid. Los dos entrenadores vascos recurrieron al cambio de sistema en momentos delicados. El primero, hasta ganar la Liga; el segundo, hasta lograr con holgura la salvación.

Ninguno enfrentó un reto como el de ahora, desde la plaza de colista, bajo la amenaza de abandonar el fútbol profesional. Luis César salió de Almendralejo -dos puntos en sus seis partidos hasta elevar a quince las jornadas sin ganar- pensando en impar. Consumidas ya todas las combinaciones posibles para hacer pareja entre Vicente, Bergantiños y Nolaskoain, decidió juntarlos a los tres.

«No puedo ser un cambiachaquetas cada quince días. Cambiar de sistema y estilo en cada partido que me va mal. Trato de ser tenaz, insisto las veces que tengo que insistir, y luego trato de variar. Lo tenía en mente. Uno tiene que ser estable porque la estabilidad nos ampara a todos. No me gusta dar bandazos. Esta semana, después de tenerlo maquinado y pensado, nos decidimos a esto». Esto es el trivote y así disculpó el míster el tiempo que le tomó instaurarlo pese a la clamorosa falta de peso en los encuentros de la medular blanquiazul.

Más allá de la posesión

«Con el sistema nos hemos sentido muy cómodos. Teníamos mucho dominio en el centro del campo con los tres». Así saludó Luis Ruiz la decisión que facilitó al Dépor el control del juego ante el Alcorcón. No solo una superioridad con traducción numérica (el 59% de posesión es el mismo registro obtenido en el Francisco de la Hera), sino en la mejoría colectiva e individual.

Bergantiños, quien ante el Extremadura se había quedado sin minutos de juego por primera vez esta campaña, reapareció desahogado como enlace con la zaga. Con un interior por cada lado ahorra en desplazamientos horizontales para ayudar en el repliegue o en la salida de balón. Facilita el rigor táctico palpable en asuntos como el duelo aéreo, al que puede acudir con desplazamientos más breves, permitiéndose anticipar. El sábado participó en catorce (el que más entre los dos equipos) y se llevó nueve. Muchos, con ligera oposición. La victoria en esos balones divididos es un asunto mayor para un conjunto aún falto de fluidez.

Para la búsqueda de vías de pase, el retoque de Luis César rehabilitó a Vicente, perdido desde hace prácticamente un curso. La visita al Carranza, en la jornada 19 de la pasada edición, marca el declive del canario. La 17 de esta temporada podría señalar su reaparición. Frente al Alcorcón fue quien más veces tocó la pelota, y la movió con un 80% de acierto. Generó la mejor ocasión coruñesa, con un pase filtrado entre líneas que luego desperdició Koné. Durante la acometida final ejerció de cierre, abortando una clara contra alfarera. Exhibió un sacrificio, una explosividad y una fuerza impropias de los estertores de un duelo y del rendimiento previo del portador del 8 en su versión del 2019.

Como interior izquierdo interpretó a la perfección los momentos del partido, incrustándose en ocasiones en una línea de centrales sin zurdos para dar sentido al lento avance blanquiazul, que llegó a desesperar a Riazor.

«Ha habido tramos en que el público se ha puesto nervioso por pases atrás, pero tienen que entender que si en el juego no se puede ir hacia adelante hay que pisar el balón y jugar al otro lado. Somos profesionales y aunque nos piten, si hay que dar un pase atrás lo daremos, y si hay que dar dos, también». Así explicó Peru Nolaskoain los entresijos creativos de la nueva fórmula, que multiplica la seguridad en cada fase del juego a costa de reducir la velocidad en la transición. El vasco también demostró mimbres en el rol de box to box. Podrá pulirse, porque Luis César, animado por lo visto, insistirá: «Seguiremos, claro que sí».