Çolak, Montero, Mujaid y los demás

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

16 ene 2020 . Actualizado a las 22:51 h.

Cristóbal en la banda y Çolak en el campo, todo un déjà vu. Bastaron cinco segundos, si no menos, para recordar todos los argumentos sobre el turco, a favor y en contra, que el deportivismo tenía cogiendo polvo. Debates que permanecerán una jornada en la nevera de las tertulias cumpliendo sanción. Gol de genio y expulsión de ingenuo. Una roja marca de la casa que había comenzado a trabajarse cuatro minutos antes con un empujón en una gresca con Çolak de estrella invitada.

El turco es así. Fútbol potrero que enamora y sangre caliente que provoca rupturas. Mal amor, gran amante. Con el turco se pasa bien pero mejor no hacerse ilusiones. Es el «ese chico no es bueno para ti» con espinilleras.

Pero, guste o no, todo lo importante pasó con él en el campo. En menos de quince minutos saltó al césped, su equipo metió un gol, él otro y recibió dos amarillas. Antes y después de Çolak, todo disgustos.

Montero se fue del campo enfadado —normal— y pagando su frustración con Vázquez. El reencuentro con Çolak en el vestuario debió de ser bonito. «Hola, soy por el que te cambiaron a la media hora y me he autoexpulsado». Mal camino coge el central si pretende reconciliarse con Riazor. Por su bien que evite un pulso suicida con lo único indiscutible que tiene la grada ahora mismo. Y también porque el expediente del colchonero no está limpio de bofetadas y manos dentro del área. Lo mismo que Somma, que ayer pidió a gritos su amarilla con otra estupidez en la frontal. Al menos no fue una roja como en Ponferrada. Se ha hablado mucho de Mujaid, más de los muebles de su cabeza que de su fútbol, pero es el único central que no ha cometido ninguna grosería esta temporada. Y ante el Racing, de lo mejor.