Un partido para que el Dépor siga compitiendo y no se relaje

José Luis Oltra

TORRE DE MARATHÓN

Borja Galán y De la Bella, en un lance del partido de la primera vuelta
Borja Galán y De la Bella, en un lance del partido de la primera vuelta LOF

El Las Palmas tratará de pescar en Riazor después de unos días vertiginosos en el Deportivo por los fichajes y salidas

31 ene 2020 . Actualizado a las 19:43 h.

Llega un partido importante para el Dépor, porque está en esa inercia positiva y la ola buena de la que hay que tardar en bajarse lo máximo posible. Ganar le mantendría alejado y con más margen de la zona de peligro y hasta le daría un plus de seguridad, confianza y engancharía del todo a la gente. El último partido en casa Riazor registró la quinta mayor entrada de todo el fútbol español y este sábado se espera de nuevo una gran entrada y un gran respaldo. De nuevo, la afición demuestra que es la verdadera grandeza de este club.

El partido tiene también el aroma del afán de revancha del Deportivo por aquel 3-0 de la primera vuelta, en el debut de Luis César, en el que el Las Palmas mejoró en todo al Dépor y la fuerte derrota supuso un golpe anímico al equipo, aunque condicionado por las bajas y las ausencias de entonces.

Esta vez existe el peligro de que llega a continuación de los últimos días de mercado, en los que se ha hablado más de fichajes y salidas que del partido, pero eso ocurre en todos los equipos. Siempre son días vertiginosos, con mucho movimiento y desvían la atención del partido y del futbol. Seguro que Fernando Vázquez lleva toda la semana con la cantinela de no relajarse. Porque inconscientemente el jugador piensa que ya está fuera de la zona de descenso y suelta lastre. El entrenador va a enviar mensajes para mantener esa motivación, insistir en que no se puede aflojar y que hay que competir. Los técnicos siempre dependemos de los futbolistas y para eso debemos mantener la mirada de los jugadores en el partido, la dificultad del rival y las cosas que hay que hacer para conseguir el triunfo. El mercado es ajeno al futbolista, que tiene que seguir compitiendo para mantener aquello que ha conseguido con tanto esfuerzo. Es inevitable que el jugador conozca la realidad que lo rodea, pero ha de centrarse en lo único que puede controlar: su trabajo y su tarea en el campo.

 El adversario será un Las Palmas que no ha conseguido buenos resultados últimamente. La sociedad entre Pedri y Viera le había dado muchos puntos, pero el equipo ha notado muchísimo la ausencia de Jonathan. Ha firmado un par de jugadores, entre los que destacaría a Tana, que es el que va a jugar de enganche, un futbolista de mucho talento y calidad, pero al que le falta ritmo y que está ante una de sus últimas oportunidades de reivindicarse. Es un jugador excelente, pero al que le acompaña esa fama de díscolo, poco profesional e inconstante que ha de mejorar y corregir.

 Además, llega a Riazor con ausencias importantes como Javi Castellano y Benito Ramírez, que desde la banda derecha, jugando a pierna cambiada le ha dado un plus. Tampoco estará Araújo, que ha salido para el AEK. Y le sigue haciendo daño la baja de Álvaro Lemos, que es importante, porque en el lateral están jugando con jugadores que no están en su demarcación natural. Su esquema habitual es el 4-2-3-1, que Pepe Mel tiene muy bien trabajado, y destacaría la irrupción de Pedri y la madurez con que juega pese a que aún tiene 17 años.

La baja más importante del Las Palmas es la del mediocentro Javi Castellano, porque no tiene otro y Fabio tampoco va a estar en Riazor. Para subsanar su ausencia lo más probable es que adelante a un central como Mauricio Lemos a una demarcación que no es donde mejor rinde. Acaba de reincorporarse tras una lesión Rubén Castro y tiene que ir a más, y hay que tener en cuenta el balón parado, que los equipos de Mel siempre lo manejan bien. Clasificatoriamente está luchando por meterse en la promoción y llegará con ganas de no descolgarse.