¿Quién de este vestuario está dispuesto a jugar en Segunda B el próximo año?

TORRE DE MARATHÓN

Cesar Quian

18 jul 2020 . Actualizado a las 00:28 h.

Todo el tramo final de la competición lamentando que no haya una semana entre partido y partido y ahora al Deportivo se le van a hacer eternos los días que hay hasta recibir el lunes al Fuenlabrada. Otro desastre de encuentro —aunque hubo mejoría en la segunda parte, no mereció la victoria— condenó a los blanquiazules a afrontar la última jornada sin depender de sí mismos. Una permanencia que parecía hecha hace apenas una semana, se ha diluido como un azucarillo. Un rival te puede ganar en el campo porque es mejor, pero nunca por haberle puesto más ganas. Y es imperdonable cómo este equipo, que inició una segunda vuelta de aplauso, se ha dejado ir en los últimos partidos, cuando acariciaba la salvación.

Desde el timorato planteamiento inicial, como si enfrente estuviera el City de Pep Guardiola, hasta la actitud de los jugadores cuando tuvieron el balón. El primer tiempo volvió a ser para hacérselo mirar.

Y ahora toca encomendarse al espíritu de Vicente Celeiro —esta vez no estará Mauri enfrente— para evitar un descenso que dejaría a la entidad muy tocada económicamente. El lunes, contra el Fuenlabrada casi da igual quiénes jueguen, lo importante es que estén dispuestos a defender con honor la historia del club y respetar el escudo. La pregunta que Vázquez tendría que hacer antes de confeccionar la alineación sería: «¿Quién de este vestuario está dispuesto a jugar en Segunda B el próximo año?». Solo aquellos que digan «yo» transmitirán la suficiente confianza para poner en sus manos el futuro del Real Club Deportivo. El resto, que vuelvan por donde vinieron.