¿Debe Fernando Vázquez seguir apostando por la defensa de cinco?

La Voz

TORRE DE MARATHÓN

RAMON LEIRO

Cuando el equipo prescindió de los tres centrales en Pasarón, anotó un gol y encajó otro

06 dic 2020 . Actualizado a las 17:11 h.

El Deportivo volvió a encajar un gol ante el Pontevedra. Carlos Abad recogió el balón de sus redes, un gesto que no hacía desde la primera jornada de Liga ante el Salamanca. El portero vio rota su racha de imbatibilidad cuando Fernando Vázquez decidió reducir la retaguardia. Cuando el técnico prescindió de un central y pasó a una defensa de cuatro sucedieron dos cosas poco comunes este curso: el conjunto herculino marcó un gol y recibió otro.

Lo comido por lo servido, se suele decir. El Deportivo mutó en una línea de cuatro jugadores en defensa tras el cambio de Agbo Uche. Lara entró al césped de Pasarón y el fútbol coruñés empezó a fluir. Fue breve, pero en Pontevedra se vieron los que probablemente hayan sido los minutos de fútbol más vistoso de toda la temporada. En esa inercia, Diego Rolan (con algo de fortuna) marcó el tanto del Deportivo, fruto de una buena conexión con Celso Borges. Minutos después, tras un despiste defensivo que cogió a Eneko Bóveda fuera de juego, Rufo puso el empate. El partido se rompería con las expulsiones, pero en esos apenas cuatro minutos sucedió todo y, probablemente, sean la muestra que Vázquez deba coger para estudiar qué le conviene al Deportivo.

Con la defensa de cinco hombres, el Dépor se mostró sólido en defensa como venía haciendo hasta la fecha. Pero también incapaz en ataque. La medular propuesta de inicio (Uche, Borges, Gandoy), mira más hacia portería propia que a la meta rival y obliga al canterano coruñés --fuera de sitio-- a pelear por progresar ante situaciones prácticamente insalvables. La misma lucha en la que naufragó reiteradamente Nacho González en jornadas anteriores. El canterano, un jugador que destaca más por su visión que por su capacidad de superar rivales, zozobró en su intento de generar juego profundo. Arriba, Diego Rolan era un islote en un mar granate y Galán (la otra referencia ofensiva), no era capaz de superar a la zaga local. Claudio Beauvue, un futbolista llamado a ser decisivo en el ataque de los de Riazor, ni jugó.

Con la entrada de Lara, un jugador con desborde, el Deportivo encontró el gol. A favor y en contra, dando argumentos a los que sostienen que la defensa de cinco es intocable. Pero también a los que se necesita una propuesta más arriesgada para encontrar las redes rivales. De Pasarón, el Dépor volvió con algunas certezas. Pero siguen las dudas.