Error coral en el segundo gol encajado esta temporada

La Voz

TORRE DE MARATHÓN

RAMON LEIRO

El único fallo de la zaga blanquiazul propició el remate sin estorbo de Rufo para lograr el empate

07 dic 2020 . Actualizado a las 10:50 h.

«Tengo que verlo, porque ni lo vi. No sé cómo fue el robo por estar entrometiéndome en un momento en que no debería hacerlo». Fernando Vázquez pensaba echarle un vistazo al tanto del empate pontevedrés. En directo se había perdido el desarrollo de la acción. «Es un despiste del que me siento culpable porque estaba dando instrucciones a Eneko, y en el desarrollo de la jugada faltaba un futbolista que sería Eneko», afirmaba tras el encuentro el técnico blanquiazul.

Sin embargo, las imágenes reducen la responsabilidad del entrenador y distribuyen la culpa del gol entre varios futbolistas, incapaces de frenar un ataque local en inferioridad.

Todo arranca en la jugada anterior. Lara quedó tendido en el suelo y los granates casi aprovechan su ausencia para igualar. Charles disparó por encima del larguero tras recibir un centro desde la izquierda que Bóveda no llegó a estorbar.

Vázquez se dirigió al carrilero para indicarle, de gesto y palabra, lo que habría esperado de él y mientras tanto Abad se dispuso a sacar de puerta. El meta golpeó el balón justo cuando acababa la charla entre su compañero y el entrenador. El balón superó a Borges y el despeje del rival llegó a la botas de Álex González, en el carril central. Ahí tomó Bóveda su primera decisión: abandonó la banda y se dirigió a presionar al portador del cuero.

A su espalda, Rufo parecía controlado por Mujaid. Charles se movía entre Bergantiños y Granero. Cuatro futbolistas del Dépor y tres del Pontevedra. Enseguida se incorporó Oier, que recibió marcado por Salva Ruiz. Entonces, se produjo el fatal movimiento en cadena.

Granero perdió la referencia de Charles y Bergantiños titubeó. Mujaid percibió que el punta podría llegar solo a zona de remate y se desentendió de Rufo para sumarse a un tres para uno en el centro del área pequeña. El riojano sabía que Bóveda no ocupaba el lateral y que nadie llegaría por detrás a corregir. Así sucedió. El centro raso de Oier superó la montonera y alcanzó a Rufo, que anotó a placer.