Queda mucho trabajo y mucho que cambiar en el Deportivo

José Manuel Pose

TORRE DE MARATHÓN

RCD

17 ene 2021 . Actualizado a las 19:47 h.

Al Deportivo le duró la innovación solo cinco minutos. El revulsivo en el banquillo demostró que se puede ir a presionar a campo contrario, e incluso a presionar tras pérdida con cierto éxito. Pero, concluido ese efecto inicial, sin jugadores por detrás del balón, no hubo nada que hacer. En toda la segunda parte, el único bagaje ofensivo consistió en un tiro flojo desde 25 metros. Nada más. Queda mucho que hacer y hay poco que contar en otro partido para la reflexión. Hay mucho trabajo para el nuevo entrenador y mucho que cambiar. Lo que se vivió en El Helmántico se convirtió en un deja vu de jornadas pretéritas. Si algo resultó claro, es que con esto no es suficiente. Las jornadas pasan y los puntos que se quedan por el camino ya no van a volver. Cada vez falta menos para desenlace. El partido apenas valió para ver alguna variante hasta ahora inédita en el Deportivo, como los minutos de Valín en la línea de medios y alguna otra circunstancia extraña en cuanto a posicionamiento de algún jugador. Si en esto se encuentra la solución, bienenida sea.

En el plano individual, destacaría la solvencia de Abad en un campo muy complicado para los porteros. Así, hay que hablar de la situación del césped, que no fue la ideal para jugar, pero en este tema deben ser otras instancias las que deben determinar si se puede jugar o no en estas condiciones. Lo cierto es que a los jugadores les era muy difícil mantener el equilibrio, en especial a los delanteros.

Al Deportivo le queda un mundo por recorrer en su ansiada mejoría y pocos días para poder llevarla a cabo. El resultado de Salamanca era muy importante a la hora de transmitir esperanza, pero el equipo nunca supo cómo adaptarse a lo que el partido le exigía. Hace falta más adaptabilidad y flexibilidad. Las limitaciones de la plantilla no valen de excusa, pues ya eran conocidas. Ahora mismo solo valen los resultados. El Deportivo solo se puede agarrar a los resultados para empezar a transmitir sensaciones. De lo contrario, los rivales van a empezar a verle como un equipo más.