El delantero del Deportivo elogia la propuesta del nuevo técnico y afirma que «nunca había visto tantas lesiones juntas»
20 abr 2021 . Actualizado a las 13:40 h.Nicolás Ladislao Fedor Flores (Caracas, 1985) —Miku, en versión abreviada— había evitado las lesiones durante una larga carrera en la que se acostumbró a jugar con regularidad dos partidos por semana. «Jamás tuve problemas musculares, parece mentira que lleguen a estas alturas», se sorprende el delantero del Dépor. Sus saludables antecedentes no le ayudaron a escapar de la plaga. «Muchos llegamos después de tiempo de inactividad, para otros la pretemporada fue demasiado corta, sin las cargas acostumbradas; luego, los campos eran prácticamente barro, que perjudica a la hora de arrancar y frenar. He estado en muchos equipos y nunca había visto tantas lesiones juntas», asegura.
—Ese problema ha sido parte de un contexto que quizá se haya pasado por alto.
—Por desgracia, la gente es resultadista, no hace un análisis más extenso del contexto. Ese contexto tampoco puede valer como excusa, claro, porque tenemos equipo para sobreponernos a todo, pero la realidad es que el fútbol moderno es complicado en cualquier categoría. Ahí lo pudo comprobar todo un Real Madrid ante el Alcoyano. En Segunda B hay equipos muy buenos y todos compiten. Llevamos la chapa de favoritos en cada campo y los rivales salen a hacer su mejor partido de la temporada.
—¿Realmente hay plantilla para sobreponerse a todo? ¿El vestuario cree que no hace falta fichar?
—A nivel de mercado, nos mantenemos al margen. En cuanto a la plantilla que tenemos, puedo decir que el día del Alavés jugamos mucho mejor que en Liga. Yo digo que este equipo, en Segunda, o incluso en Primera, jugaría mejor al fútbol de lo que se ha visto. He jugado en esas categorías y son diferentes en cuanto a presión, responsabilidad, y muchas otras cosas. Tenemos una plantilla con grandísimos jugadores y somos una piña. Los jóvenes escuchan a los veteranos y los veteranos tratamos de ayudarles. Nadie es más que nadie
—¿Qué aporta el nuevo técnico?
—Veo una idea totalmente diferente. Un planteamiento que busca ser protagonista desde el punto de vista ofensivo. Antes se buscaba mantener un posicionamiento defensivo, dejar la portería a cero sabiendo que tenemos jugadores que podrían convertir su ocasión. A los delanteros así nos costaba mucho. Se nos critica a nivel de números, pero no creo que hayamos tenido ni tres ocasiones claras para marcar. Si en veinte ocasiones marcas un gol, el problema está ahí, pero si no generas, te frustras. El cambio puede venir bien para refrescar eso. A los de arriba nos puede dar un plus de motivación.
—¿Le sorprendió el relevo?
—Lo cierto es que sí. Fernando es deportivista hasta la médula. Todo lo que ocurría, bueno o malo, lo sentía muchísimo por su arraigo con el club. Y aunque los resultados de las últimas semanas no fueran como habríamos querido, seguíamos ahí. Al final el club tomó una decisión y nuestro compromiso ahora será igual que fue con Fernando; él mismo lo sabe. Siempre estuvimos a muerte con él, hasta el último segundo, en que vino y se despidió como el caballero que es, deseándonos el mayor de los éxitos.
—Siempre queda esa sensación de que se reduce a Fernando al aspecto motivador. ¿Qué opina de él en el apartado táctico?
—No hay que equivocarse, Fernando tenía un plan de trabajo muy claro. No actuaba como un fanático, sino como un entrenador con muchísima experiencia. El año pasado se animó a coger un toro muy complicado y a punto estuvo del milagro. El contexto es diferente; si antes no encajar goles era primordial, ahora tienes la exigencia de ser un equipo más dominador. Pero nadie tiene la verdad absoluta: si jugando defensivo ganas, estará bien.
—¿Cómo es Rubén de la Barrera?
—Es un entrenador directo, claro y conciso, que llega con una energía y una savia nueva. Da todas las indicaciones de forma clara y sencilla para que el jugador tenga en su mente el a, b, c, sepa qué hacer en cada momento y pueda poner su talento al servicio del equipo.
«Coqueteé varias veces con el Dépor en mi carrera»
Miku aún no ha marcado para el Dépor. Estuvo cerca en Copa, ante El Ejido, pero su taconazo quedó en una incómoda anécdota. «Quien no ha jugado al fútbol no lo podrá entender, pero cuando Celso me hace el pase y controlo con el pecho, al caer de espaldas a la portería mi mente piensa que el portero va a salir y me va a reventar, que tengo que rematar de primeras, y la opción que tenía era esa. Luego la gente puede pensar lo que quiera, pero era la única opción. No me quita el sueño», afirma.
—¿La presión ha influido en su rendimiento de estos meses?
—No. Yo estoy tranquilo. Durante mi carrera he intentado mantener el mismo plano: cuando las cosas van bien, no me creo el mejor del mundo, y si no van bien, no me creo la última mierda. Trato de ser constante. Hace muchos años, en el Valencia, David Albelda me dio un consejo que he intentado aplicar durante toda mi carrera. Tengo un bagaje encima y un recorrido, pero eso queda atrás y no puedo vivir de mi pasado.
—¿Cómo fue eso de Albelda?
—Me tocó con él de compañero de habitación en mi primera convocatoria con el Valencia en Primera. Yo venía de meter tres goles en Liga Europa y me dijo que no me fuera a creer el mejor de la plantilla, que por delante estaba Villa, pero que tampoco me creyera nunca el peor. Que intentara mantener siempre un plano regular en cuanto a mentalidad, sin altibajos anímicos, porque eso me haría poder jugar muchos años. Y así soy, recto en todo, pase lo que pase.
—¿Le sorprendió la llamada del Deportivo?
—No me sorprendió. Durante mi carrera estuvimos coqueteando varias veces. El año en que llegó Joselu el 31 de agosto, por la tarde habían estado negociando para que yo viniera, pero el Rayo pidió ocho millones de euros y el Dépor no pudo asumir ese traspaso, obviamente. Después fui a donde fui porque esta carrera es muy corta y a veces pasan trenes muy importantes a nivel económico y hay que cogerlos. Pero hablamos de un club dirigido por gente de fútbol, con experiencia, y al conformar la plantilla buscan distintos perfiles. Un delantero que juegue de espaldas, otro que vaya al espacio, que sea rápido, unos con experiencia y otros jóvenes... Gente que se complemente.