El Deportivo explota los beneficios de la desigualdad

TORRE DE MARATHÓN

Raí trata de disparar a puerta ante la oposición de un rival
Raí trata de disparar a puerta ante la oposición de un rival CESAR QUIAN

El modelo asimétrico y la irrupción de Lara en el once sustituyendo a Miku resultan clave para volver a ganar

14 feb 2021 . Actualizado a las 22:46 h.

De sus años mozos en Guijuelo, Rubén de la Barrera conserva la labia, el rentable aspecto juvenil y una proverbial capacidad de intervenir. Abundan entre sus antiguos pupilos —lista que incluye al actual técnico chacinero— memorias de súbitas alteraciones en el dibujo y la propuesta que tuvieron impacto en el marcador. En el viaje de vuelta desde Riazor podrán comentar una más, cuajada en los pocos minutos transcurridos entre la lesión de Miku y el pitido inicial.

El venezolano aparecía en el once repartido a la prensa y desaparecía en el que saltó al césped, por mediación de un nuevo percance muscular. La baja tenía un remedio simple, pieza por pieza, y otro con efecto dominó. Desterrado Adri Castro en As Pontes con el Fabril, era Beauvue o agitar el plan. Y De la Barrera eligió a Lara, que no salió para el gol pero acabó por marcar.

El trueque otorgó a Rayco la condición de 9 que dice su camiseta, aunque el número esté para despistar. El canario sirvió de señuelo, coronando el despliegue asimétrico del conjunto coruñés. Atrajo marcas y limpió espacios para la irrupción de futbolistas de segunda línea. Sin arietes en estado de gracia, solo queda el recurso de una aparición.

El encuentro (al menos la parte que manejó el Deportivo, hasta los temblores de la segunda mitad) se perfiló desde dos plazas habitualmente complementarias. Fueron los laterales quienes le dieron sentido a todo lo que ocurrió por delante de su posición. El míster renovó ambos carriles. En la derecha tiró de Bóveda, más acostumbrado a guardar la ropa que Valín.

El vasco cumplió especialmente sin balón. Le dio distancia a Lara para el uno contra uno, y a Villares para ocupar el terreno abandonado cuando cortaba hacia dentro el andaluz. Y mientras el cuero circulaba por la izquierda, Eneko se reciclaba en central. El costado opuesto era de Héctor, hacia delante y hacia atrás.

Si durante la fase ofensiva por la diestra se entendían un mediocentro y un extremo, en la siniestra, Raí fijaba oponentes y se arrimaba al área, dejando la cal para el Litri, como le dicen los suyos al mejor jugador de la jornada 14 en Riazor. Las incursiones contaban con el respaldo de Borges, atento a la cobertura y a aliviar a Uche del peso de iniciar jugada. El nigeriano actuó más cerca que nunca de la portería rival.

Sufrió de más el Dépor, pero marcó y ganó. Por fin. Rindió el golpe de inspiración y hubo una muestra de 45 minutos sobre los beneficios de la desigualdad.