![](https://img.lavdg.com/sc/G9LFlZApceyxorQ5pJMn8hPqKqw=/480x/2021/10/06/00121633532822201574865/Foto/H06O1073.jpg)
El mediocentro vigués reconoce que el de la Sagrada Familia es su espejo y sueña con el salto al primer equipo
07 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Solo tiene 19 años, pero Brais Val Alonso (Vigo, 2002) exhibe madurez en cada respuesta. Casi tanta, como demuestra cuando juega. Excanterano del Celta, se fue al Valencia a los 15, para volver luego a Galicia y ser campeón de España juvenil con el Dépor. «Soy joven, pero tenía mucho que contar», se ríe y comenta al acabar la entrevista este mediocentro vigués que sueña con ser Álex Bergantiños.
- ¿Qué tal le va en su salto al Fabril?
- Bien. Somos un grupo joven, muchos damos el salto a sénior, y esta es una categoría difícil. Jugamos contra hombres, ya no son niños los que tienes delante, y te enfrentas a otro tipo de escenarios. A mí personalmente también me viene bien, me permite adaptarme a otro tipo de juego, y personalmente me va muy bien porque he podido salir de inicio en los cuatro partidos que jugamos. No tengo queja, la verdad
- ¿Nota mucha diferencia en el ritmo de competición?
- En cuanto al ritmo no, porque en División de Honor juvenil somos niños que ya presionamos muy intensamente, pero sí en las disputas físicas. Los saltos de cabeza, los choques... Todo eso se agudiza mucho más en Tercera. Son hombres, llevan muchos años jugando al fútbol y van fuerte al choque.
- Lo del año pasado fue increíble, con la Copa de Campeones de Marbella, el título...
- Sí. Si alguien me lo llega a decir a principio de temporada le llamaría loco. Fue un sueño. De pequeño veía por la tele la Copa de Campeones y me decía: «Ojalá algún día pueda jugarla». ¡Jugarla! Ya no decía ganarla. Fue un premio bonito a un trabajo muy duro durante el año. Ganarla fue la hostia.
- ¿Con qué anécdota se queda de aquello?
- La primera que se nos va a venir a la mente a todos cuando lo recordemos dentro de muchos es años es la de la llegada al hotel a Marbella. Fue la noche antes de jugar las semifinales contra el Real Madrid. Ellos cenaron allí también, comieron lo normal en estos casos; pero cuando nosotros llegamos el comedor, la cocina había cerrado ya. Así que nos pusieron un platito con una loncha de queso, otra de pavo... Una cena que no es para un futbolista que va a competir al día siguiente. Así que como no nos llegada, nuestro delegado llamó por teléfono para que nos trajeran unas pizzas. Imagina, antes de enfrentarte al Real Madrid, en toda una Copa de Campeones... ¿Cómo puede ser? No sé lo que llevaban las pizzas, pero nos sentaron bien [se ríe].
- La faena es que este año no le permitan jugar la UEFA Youth League.
- Cuando ganamos la Copa de Campeones pensaba que sí la iba a jugar. Pero cuando salió la reglamentación ya vi que pedían llevar dos años en la cantera y me chocó. Por dentro me dio mucha rabia. Pero tanto a mí como al resto: Raúl [Mantiñán], Nico [Clouston] y los que se fueron... Dices, «todo el año trabajando y ese premio que es representar al Dépor por Europa...». Me va a quedar la espinita clavada. Pero bueno, es lo que hay, el trabajo estuvo muy bien hecho y ahora hay otros compañeros que lo van a dar todo para remontar en Riazor. A mí me tocará ser un aficionado más y animar.
- No tiene mucho sentido la norma. Se da el caso de que chicos fichados este año, pero que son del 2003, sí pueden jugarla.
- Sí, es contradictorio. Lo normal sería poner que los sénior puedan jugarla, pero solo los que ganaron la liga el año pasado. Aunque fuera con un número limitado... Es una cosa que no se entiende. Supongo que tendrán sus motivos para poner esa norma, pero es un poco... ¡Fuimos partícipes de esto! No sé si la palabra que lo define es injusto, pero sí es una putada.
- El consuelo fue que justo mientras sus compañeros se iban a Polonia, lo llamaron para entrenarse con el primer equipo.
- Es verdad que fue por necesidades del míster [Borja Jiménez], pero dentro de lo que cabe fue una gran recompensa para mí. Siempre se agradece poder entrenarse con ellos.
- ¿Cómo recibió la noticia?
- Fue en el entrenamiento del miércoles y yo estaba con mi equipo [el Fabril]. A mitad de sesión, vino Álex Antón a indicarme que debía hacer una tarea con Borja [Jiménez] y yo encantado. Al día siguiente ya me volvieron a llamar para hacer todo el entrenamiento desde el principio con ellos.
- Allí había dos caras conocidas para usted: Noel y Trilli.
- Los tengo muy vistos a los dos [se ríe].
- ¿Sigue manteniendo relación con ellos?
- Sí, sí, sí... Y muy buena. De hecho Noel estudia la misma carrera que yo y de vez en cuando vamos a clase juntos. Y con Trilli también me llevo muy bien.
- ¿Qué le cuentan de lo que están viviendo?
- Están contentísimos. Noel lleva toda su vida aquí. Lleva desde benjamines. Y Trilli también hace muchos años que se vino. Llegar al top de tu club, habiendo pertenecido a él desde que tienes siete u ocho años... Es un sueño que todo niño desea. A ninguno nadie le regaló nada. Es fruto de muchos años de trabajo, de pasar mucho frío en Abegondo, pero mereció la pena. Están disfrutando de algo único y ojalá los dos triunfen y estén muchísimos años en el primer equipo.
- Brais Val comenzó a jugar en el Atlántida Matamá y con ocho años se fue al Celta, en donde estuvo hasta los 15. ¡Quién le iba a decir que acabaría en el Dépor!
- Claro, era algo inimaginable. Cuando uno nace en Vigo, todo te relaciona al Celta. Es el club grande de allí. Cuando uno es niño no tiene la visión de futuro, solo piensa en jugar en y contra los equipos que hay por allí. Con ocho años me llegó la oportunidad de jugar en el Celta, en la mejor cantera de Vigo, y el hecho de jugar con los mejores de tu entorno te ayuda a mejorar. Pero luego, con el tiempo, todo cambia, y ves las cosas desde otro prisma. El verano pasado me llegó la opción del Dépor y mira. Más orgulloso de poder venir aquí no se puede estar. Y además me ha salido todo perfecto, por el momento.
- ¿Qué le dicen sus amigos? ¿Mucho vacile?
- Al principio sí. Tanto con los de aquí [A Coruña], con las bromas típicas de buen rollo por ser de Vigo, como con los de allá [Vigo]. Pero bueno, siempre con cariño, de forma simpática y con esas bromas que siempre hacen bien.
- Con 15 años recién cumplidos se fue a Valencia. ¿Cómo fue lo de marcharse tan joven de casa?
- Fue una decisión difícil. Llevaba toda mi vida en el mismo colegio, con los mismos amigos, prácticamente desde siempre con el Celta... Era cambiar de golpe todo. Pero bueno, al fin y al cabo, los que jugamos a esto queremos ser profesionales y tanto mis padres como yo vimos una oportunidad muy buena para crecer y no nos lo pensamos mucho y fuimos para allí.
- ¿Esas oportunidades cómo surgen? Tema de representantes, los clubes hablan directamente con sus padres...
- Yo tampoco era consciente de todo, pero, lo que sé, es que el Valencia tenía un ojeador en la zona de Galicia y le gusté cuando me empezó a ver en campeonatos y demás. Informó de mi nivel y el jefe de captación me fue a ver también y dio el visto bueno. Y a partir de ahí ya me hicieron llegar el interés que tenían.
- El presidente Mouriño ha mostrado en diferentes ocasiones su enfado por la constante fuga de talentos de A Madroa.
- Sí, nos fuimos unos cuantos. De mi generación se fue Anwar [Mediero] al Barça, Raúl Dacosta al Madrid, yo al Valencia... Fueron salidas que dolieron al club porque quizás éramos tres jugadores en los que podían tener esperanzas, pero es un tema también de valorar lo que se ofrece, las oportunidades que te pueden llegar a dar y lo que apuestan por tí. Cada uno de mis compañeros tenía sus motivos, yo los míos, y en esto del fútbol hay que ser algo egoísta. Tenemos que mirar por nuestro bien, por mucho que le duela a la gente. Mi bien era salir en ese momento. Al presidente del Celta sé que eso no le está pareciendo bien, pero bueno, sus razones también tendrá, imagino.
- ¿Qué tal le fue en Valencia esos tres años?
- Guardo muy muy muy buen recuerdo del Valencia. Yo en el Celta estaba jugando de mediocentro y allí me cambiaron la posición a central. Me adapté muy bien. Los dos primeros años fui el jugador o de los jugadores que más minutos tuvieron. Ese cambio de posición me ayudó a mejorar ciertos aspectos como el trabajo sin balón, el saber orientarme en los centros laterales... Eso me ayudó a mejorar y ahora a incorporarlo a la hora de desempeñar mi puesto natural, que es el de mediocentro. La valenciana es una liga muy competitiva, hay canteras muy potentes, con partidos muy igualados cada fin de semana tanto en cadetes como en juveniles, y eso te hace mejorar. A mí me ayudó mucho a seguir creciendo.
- ¿Por qué se fue de allí y cómo acabó en el Dépor?
- Se me acababa el contrato y veía que el Valencia tampoco me quería hacer una oferta a largo plazo. No quería quedarme solo un año más hasta completar la etapa juvenil. Quería firmar con un equipo que me diera una cierta estabilidad, al menos unos años en el salto a sénior. Era una época difícil por el covid, y ahí decidimos no continuar en el Valencia. Empezamos a buscar opciones y la más completa, y la que más apostaba por mí, era la del Dépor. Era una época difícil para el club, fue el año del descenso a Segunda B, pero aún así mostraron mucho interés y valoré mucho que dieran su máximo por mí. Vimos que en donde de verdad me querían, en donde de verdad apostaban por mí y por mi futuro para ser del primer equipo, era aquí. No me lo pensé mucho y de momento estoy muy muy contento por la decisión tomada.
- ¿Y el Celta no quiso recuperarlo?
- Sí, algo hubo... Pero no fue un interés real que yo pudiera valorar de verdad para volver. Yo buscaba un proyecto estable y garantizado y el que más me lo dio fue el Dépor. Era la opción correcta.
- Supongo que el sueño será ahora acabar en el primer equipo.
- Como decía antes con Noel y Trilli, el sueño de todo niño es llegar al primer equipo. Sería la h. dar el salto también en el Dépor. Sé que por delante tengo al capitán. Todos sabemos lo que [Álex Bergantiños] hizo y está haciendo en el fútbol, pero yo no lo veo como competencia sino como un espejo en el que debo mirarme. Cuando subo a entrenar con él me fijo mucho en cómo se posiciona, cómo piensa la jugada antes de ejecutar, cómo está bien colocado siempre... Es un espejo en el que mirarme y, por qué no, algún día poder ocupar su sitio. También me fijo mucho en Josep [Calavera], son los dos de mi posición. Intentaré coger lo mejor de cada uno para yo mejorar y quizás algún día poder estar ahí.
- Es un buen referente para usted.
- Sí sí... En los partidos ya se le ve que es un jugador superinteligente. Es muy difícil que pierda un balón y además juega rápido. Pero cuando vas a entrenar con ellos y te fijas de verdad... ¡Flipas con Álex Bergantiños! Todos los que vamos acabamos diciendo lo mismo: «Es el mejor». O de los mejores. Cómo lee el fútbol, cómo ordena a sus compañeros, cómo hace que el equipo se junte... Es el líder. Es increíble lo que hace. Todo lo que tiene que hacer lo hace bien y es un referente a seguir.
- ¿Ha podido hablar con él?
- Sí, cuando subí al primer equipo. Él está muy pendiente cada vez que sube alguien del juvenil o del Fabril. Nos intenta ayudar siempre en todo lo que puede, nos corrige en lo que él ve que podemos mejorar... Es muy atento y está pendiente de todas nuestras necesidades. Muy bien, muy bien...
- ¿Y con Borja Jiménez?
- Sí, él hace su trabajo y cuando nos sube nos cuenta como uno más. Nos hace correcciones, nos indica cosas y nos trata como uno más de la sesión.