El Dépor, como en casa en todas partes

TORRE DE MARATHÓN

Miku charla con un grupo de aficionados del Deportivo en el Cerro del Espino
Miku charla con un grupo de aficionados del Deportivo en el Cerro del Espino Jorge Ropero

La afición blanquiazul exhibe su fidelidad en cada campo donde juegue el equipo, avivando la conexión con la grada justo antes de las dos visitas más prometedoras del curso

24 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ferrol y León, por este orden. En qué momento llega lo bueno. El Deportivo afronta como líder un tramo clave de la competición para llegar en ventaja al termómetro del parón de invierno. De aquí al descanso (Copa del Rey al margen), dos citas en casa y otras dos fuera. Los choques en campo rival más prometedores entre los fijados para esta campaña. Primero en Ferrol, ante el Racing, con el aliciente de la proximidad y el resquemor vecinal. A continuación, en el Reino de León, contra la Cultu, un domingo a media tarde. Momento idóneo para el desplazamiento más breve de cuantos llevarán al conjunto de Borja Jiménez fuera de Galicia. Nueva ocasión para exhibir la fidelidad de una afición que no solo bate récords en su estadio, sino que deja huella en el resto desde el inicio del campeonato.

La competición arrancó en reto y el Dépor estrenó condición de visitante en Tudela, la localidad de peor acceso en el grupo junto a Almendralejo. Lo hizo además en horario complicado: domingo a las cinco de la tarde, para disgusto de quienes se tuvieran que meter los 700 kilómetros de vuelta a casa en víspera de un laborable. Sumarle el coletazo de las restricciones vinculadas a la pandemia hace crecer el mérito del más de medio centenar de hinchas blanquiazules que asistieron a la sufrida victoria frente al Tudelano. Un triunfo que estiraba el buen comienzo en Riazor y avivaba el interés por el siguiente duelo a domicilio, solo seis días más tarde. Cayó en sábado, también a las 17 horas, y ligeramente más cerca de A Coruña. Condiciones que aún no bastaron para disparar la cifra de deportivistas en cancha ajena. Los aficionados desplazados a Calahorra para asistir al 0-3 siguieron contándose por decenas.

El equipo aún prolongó la racha otra jornada; en este caso, como local, venciendo al Badajoz por 1-0. Cuatro de cuatro que provocaba un duelo en la cumbre del grupo 1 en un escenario mucho más propicio y a una hora perfecta para la asistencia en masa. Domingo a las 12 horas en Salamanca. Contra un Unionistas cuya relación con el fútbol popular acrecentaba además la sintonía con la mayoría de seguidores foráneos. La respuesta solo quedó acotada por las limitaciones de aforo. La primera remesa, de 369 entradas, se agotó casi de inmediato, y hubo que aguardar hasta el último momento para recibir una segunda que ayudó a que unos seiscientos espectadores del encuentro vistieran los colores visitantes.

Si algo bueno ha traído este desplome hacia categorías semiprofesionales ha sido el compadreo frecuente en los distintos estadios, convirtiendo los incidentes en elemento extraño. En el Reina Sofía, donde el Dépor sufrió su primera derrota del curso, abundó el intercambio de elogios entre hinchadas, cantados y por escrito, y varios aficionados de fuera siguieron el duelo mezclados con los de casa.

Tras el revés charro llegó otro en Riazor, frente a la SD Logroñés, enrareciendo ligeramente el ambiente antes de otro desplazamiento exigente para el aficionado coruñés. A Irún llegaron unos 300, castigados con otra derrota.

Las buenas sensaciones del Stadium Gal, más allá del resultado, se sumaron a la victoria ante el Sanse, endulzando la previa de una de las grandes citas de la campaña. Hasta El Sardinero acudieron alrededor de 1.500 deportivistas en otro mediodía dominical propicio para los forasteros. Empate sin goles como premio.

El peregrinar prosiguió en La Rioja con otro viaje de largo alcance al que se apuntaron algo menos de medio millar de blanquiazules. Aperitivo al fenomenal desembarco en el Cerro del Espino, donde más de la mitad de los 3.000 asistentes apoyaban al equipo de fuera. Nuevo partido de falso local para el Dépor, que ya se siente como en casa en todas partes.