El meta, de regreso en A Malata, volvió a resultar providencial para el Dépor
05 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Entre los grandes hits de Rajoy figura un trabalenguas dedicado a Pablo Iglesias durante la moción de censura. Acaba así: «Cuanto peor para todos, mejor». Eso que pretendía ser un ataque al rival político es también la definición perfecta de la fluctuación del valor de Ian Mackay. Es en la pobreza colectiva cuando el portero emerge. «En los partidos feos, los equipos bonitos se sienten incómodos», reflexionaba Borja Jiménez en un rebuscado ejercicio de autocrítica que lleva de nuevo al meta coruñés. «No recuerdo grandes intervenciones de Ian, solo la primera», repasó desde A Malata su entrenador. Con la primera bastó. Tuvo el peso de un gol y equilibró la balanza de la nulidad ofensiva blanquiazul.
La falta de contundencia de Lapeña se conjugó con la de Bergantiños para permitir el avance de Alayeto y su centro atrás. Recibió Dani Nieto, el futbolista distinto de este Racing de Ferrol. Levantó la cabeza, encontró el hueco con la mirada y lo buscó también con el balón. Un chut raso y esquinado al que Mackay cortó la progresión yendo abajo con mano y pie. Completó la serie en el córner inmediato, repeliendo el lanzamiento de Pumar desde la frontal. Después de la primera hubo en realidad otra más.
Intervenciones que no solo dan puntos al equipo sino que suponen una muestra de evolución personal. Porque Mackay, que entre semana tuvo tiempo de exhibir en redes sociales su respaldo a Pablo Brea tras el borrón del joven meta en La Condomina, se desquitó en A Malata de su última intervención. Hace cuatro temporadas se despidió del Racing —militó cinco campañas en el conjunto ferrolano— con mal sabor. El equipo certificó su descenso a Tercera y el Rayo Majadahonda —que ese día dejó sin primer puesto al Fabril— le metió tres. Uno, de Coto, imparable. Otros dos, del De Frutos que destaca en el Levante, emparentados con lo de ayer.
El conjunto madrileño se puso 1-2 tras una pifia defensiva que acabó en mano a mano; el meta se venció entonces al lado contrario al que tomó el balón. El 2-3 fue el producto de una salida inocente que dejó la pelota en pies del adversario, la portería libre y a Mackay tumbado a varios metros de la red que en su retorno sí supo proteger.
Bergantiños y Lapeña critican la designación arbitral
Álex Bergantiños y Adrián Lapeña se refirieron en zona mixta a la labor del colegiado. El capitán empezó comentado el penalti que se le señaló: «Es una acción normal de juego. Salta delante y no sé si nos tocamos, pero sería cadera con cadera. Teatraliza bien y salta gritando, pero si esto son penaltis qué sería lo que no nos pitaron la semana pasada a nosotros. No sé si luego ha querido arreglarlo en el rechace, pero son cosas que no podemos controlar».
Bergantiños se refirió al hecho de que el árbitro fuera cántabro: «Está claro que son casualidades incómodas hasta para él. Siempre puede haber suspicacias con eso y es innecesario. Será que no hay árbitros suficientes en la categoría. Seguro que en Santander se molestarían si llevaran un árbitro de A Coruña».
Lo mismo señaló Lapeña: «Es un poco curioso que nos toque un árbitro de Santander cuando el equipo de allí es un rival directo». En cuanto al gol anulado, el central señaló que «explicaciones no nos ha dado. Parece ser que pita falta y Jaime está en el suelo. No sé si ha sido falta porque no estaba mirando, pero viene de un penalti que es inexistente».