Clave para convertir al Dépor en el equipo más sólido de la categoría, guiará la zaga ante el Real Unión de Zulaika, quien lo entrenó en la Real Sociedad B y será baja en Riazor por covid
06 feb 2022 . Actualizado a las 11:38 h.«Cuando vine, lo hice con la intención de jugar todos los minutos posibles». No habían transcurrido diez jornadas y Adrián Lapeña empezaba a asumir su rol. El central presumía de estar «compitiendo bien», aunque admitía cierta sorpresa por su condición de indiscutible en la plaza con más alternativas en el plantel. Ahí sigue; fijo. Si está disponible, el eje de la zaga del Deportivo lo forman invariablemente él y otro más —compañía que casi siempre recae en Jaime Sánchez, cuyo rendimiento sigue en ascenso—, avalados por la espectacular solidez del conjunto coruñés. No hay equipo en la categoría que encaje menos y en Riazor solo han anotado este curso la SD Logroñés y el Athletic B. A domicilio, los registros empeoran, con tres encuentros de doblete local. Uno de ellos concluyó en la última derrota del Dépor en lo que va de campaña: el 9 de octubre, en un Stadium Gal donde Lapeña no estuvo fino en el 2-1.
Laguna dispensable en este ejemplo de regularidad, que rinde vestido de blanquiazul al nivel que prometía en su etapa de formación. Defendía entonces idénticos colores, vinculados a la Real Sociedad. En el filial del conjunto donostiarra, el riojano llegó a capitán. Su ascendencia en un vestuario que poblaban también Zubimendi, Gorosabel, Merquelanz, Guridi o LeNormand (su pareja habitual en el centro de la defensa) quedó clara en las dos temporadas en que se alternaron en el banquillo Imanol Alguacil y Aitor Zulaika, actual entrenador del Real Unión.
El técnico no se reencontrará hoy con el futbolista al que dirigió porque figura entre las bajas por coronavirus del visitante, reducidas a dos. Ayer volvió a dar positivo en el test realizado justo antes de emprender viaje hacia A Coruña. El puesto del míster quedará para su segundo, Joseba Agirre. Tampoco se subió al autobús Kun Temenuzhkov, delantero que no figura entre los titulares habituales. Él y Beobide (por sanción) serán las únicas ausencias del rival del Deportivo, superado el brote de coronavirus que obligó a aplazar un día el encuentro.
La reducción de contagiados permitirá que se celebre el partido, aunque varios de los futbolistas de la escuadra guipuzcoana apenas hayan podido completar un entrenamiento esta semana. Borja Jiménez ya avisaba el viernes de que el oponente llegaría con la mayoría de sus efectivos disponibles: «No nos vayamos a pensar que nos vamos a encontrar un Real Unión que no vamos a conocer, porque si no, no se disputaría el partido. No sé cuál de los dos equipos tendrá más bajas». Finalmente, los locales ganan por una: Pablo Trigueros, Víctor García y Diego Villares. «Pero no pasa nada, para eso tenemos una plantilla tan amplia. Lo importante es defender la camiseta, independientemente de lo que ponga en la espalda», razonaba el técnico blanquiazul. Él estará en el banquillo. Zulaika, sin embargo, no podrá comprobar en Riazor cómo su antiguo pupilo vuelve a gobernar una zaga en modo patrón.