Borja Jiménez nunca había repetido equipo titular en dos partidos consecutivos pese a contar con un amplio grupo de jugadores indiscutibles
16 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando el curso concluya y algunos espectadores se resistan a abandonar el campo o la pantalla, a la espera de retener en su memoria las líneas de créditos de una temporada más —quizá esa en la que todo cambió—, las letras grandes, reservadas a los protagonistas, no tardarán mucho en circular. Un solo entrenador, seis años después. Un cuerpo técnico apenas alterado por la incorporación definitiva en enero de Alejandro Antón, quien hasta entonces mezclaba el primer equipo con la dirección del juvenil B. Y, especialmente, un grupo reducido de jugadores indiscutibles para recitar de corrido, reservando las dudas para el lateral derecho y ese frente de ataque en el que Miku, Alberto Quiles, William de Camargo y Mario Soriano (por orden de minutos) han bailado dentro de una línea de tres.
Ian Mackay se ha perdido un encuentro, como Adrián Lapeña y Juergen Elitim. Diego Villares no ha participado en dos. Álex Bergantiños y Héctor Hernández cerrarán la campaña con más de treinta titularidades y solo Jaime Sánchez ve esa marca en riesgo, ahora que Borja Granero lo ha desplazado un par de veces seguidas del once inicial.
Precisamente, el único central zurdo de la plantilla ha emergido a tiempo de protagonizar un registro singular a estas alturas de campeonato. Hasta la jornada 36 (que a cuenta del Extremadura son solo 34 para el conjunto blanquiazul) no había calcado el Dépor sus elegidos para empezar dos partidos consecutivos.
Quienes el sábado agitaron fantasmas del 2020, flaqueando frente al desahuciado Tudelano, son los mismos que decantaron de inmediato el duelo con la UD Logroñés. Ambas citas se celebraron en Riazor, con catorce días de distancia, pero no hubo de por medio ningún encuentro que interrumpiera la sucesión. Por mucho que los comités de la Federación Española den una sorprendente validez expiatoria a los duelos que no se llegan a disputar. Mackay; Antoñito, Lapeña, Granero, Aguirre; Villares, Bergantiños, Juergen; Soriano, Quiles y William. Así, hasta el descanso. Frente a los riojanos, Héctor jugó la segunda parte para dar un respiro al último en llegar. Ante los navarros, Miku suplió a William, buscando mayor presencia en área para darle un vuelco al marcador.
Repaso detallado del vaivén
Las leves mutaciones en el once (habitualmente, una o dos) han ido registrando los problemas afrontados por el Deportivo a lo largo de la temporada. Empezando por su carril desestabilizador. El buen arranque, plasmado en cuatro triunfos hilados, redujo las alteraciones al baile del lateral derecho, donde Trilli se lesionó con la sub-19 a los pocos días de debutar, abriendo sucesivamente la plaza a Alberto Benito, Víctor García, Villares y Lapeña. Para cuando el futbolista cedido por el Valladolid concluyó su reconversión desde el extremo, el equipo había pinchado ante Unionistas y la SD Logroñés y la rotación se trasladó a la medular. Juergen fue cambiando de acompañantes, con Bergantiños, Villares y Rafa de Vicente en la ecuación. Y una vez asentado el trivote, desde arriba reclamaron atención.
Empezó como algo casi imperceptible. William por Quiles; Menudo por Doncel... Hasta que se desató el rock and roll. Borja Jiménez apreció falta de pegada y reubicó el rodillo del centro del campo en el frente de ataque, cerrando el 2021 con multitud de goles al Valladolid Promesas y a la Cultural. De vuelta a la actividad tras el parón, la racha triunfal se mantuvo en enero, pero no fue suficiente para frenar la serie de retoques: de otra fase de alternancias en el lateral derecho a la dosificación de Noel.
Hubo jornada intersemanal, con reforma integral en el Ruta de la Plata. Y de vuelta desde Zamora, el equipo se empezó a caer. Víctor sufrió su edema óseo y mientras Quiles entraba y salía y los dibujos mutaban en busca de la estructura ideal, se desarrollaba esa semana trágica que precedió al sorpasso del Racing de Santander. Tras ella, nueva revolución ante el Calahorra, estreno de Pablo Brea, y debacle absoluta en Badajoz. Las duras derrotas del Nuevo Vivero y Balaídos abrieron nuevo tramo en la campaña, con los coruñeses enfocados en el play off. Quiles se hizo fuerte, como Soriano, desapareció Josep Calavera para recuperar los ingredientes del trivote más clásico y en las últimas jornadas (cuatro victorias y media y dos empates) Borja Jiménez ha vuelto a confiar en la fórmula de no agitar, salvo extrema necesidad. El doble filo de desenchufar alternativas para consolidar once, repetido por primera vez a quince días de cerrar la fase regular.