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Es difícil descubrirle a la gente a Ibai Gómez. Atesora una trayectoria y un rendimiento que le convierten en un futbolista conocido para la mayoría. Un jugador que destaca especialmente por su golpeo de balón. Maneja la derecha para tirar por dentro, por el exterior, la izquierda... Todo tipo de golpeos tanto para centrar como para rematar. Cualquier pelota suelta que le pueda caer se convierte en un peligro enorme para el rival. Tiene mucha facilidad para empalar balones que otros mandarían a la grada. No le hace falta mucho para cargar el pie y conseguir coger puerta; buscando el palo casi por costumbre. Logra acumular siempre grandes números, tanto en asistencias como en goles. Da igual el tiempo de juego del que disponga; en esa faceta va a destacar seguro.
Nunca ha figurado entre sus características la de una exuberancia física. Se encuentra más cómodo recibiendo al pie y resolviendo la acción en pocos toques. No es un jugador que amase el balón, que construya desde atrás. Brilla especialmente en zonas próximas a la de finalización. No va a matar a esfuerzos a su marcador, pero no será por falta de implicación sino por el tipo de juego que realiza.
Se trata además de un futbolero total, con lo que asimila las directrices tácticas enseguida. Viene de un entorno muy favorable. De una familia muy vinculada a este deporte. Su padre fue entrenador —me entrenó a mí, de hecho— y él ha ejercido también esa función con equipos de categorías inferiores. Eso le hace comprender mejor la profesión. Antes de ser futbolista ya pensaba en ser técnico, porque el éxito le llegó tardío. Su forma de ser le ayuda además a involucrarse en los proyectos. Enseguida va a mamar lo que es el Dépor y se va a implicar a nivel club. Conociéndole, si ha tomado la decisión de meterse en este viaje responderá a una idea meditada.
Su techo en el fútbol lo tocó y ahora está en un momento de buscar experiencias diferentes, motivos de entusiasmo. Este fichaje vuelve a demostrar que el Deportivo es un club distinto. Compartimos generación, la que vio a ese equipo disputando grandes competiciones, y eso no se puede borrar. El jugador que tiene algo así en la cabeza, siempre irá a Riazor con la ilusión de pillar la temporada buena. De trascender en un lugar tan especial.