
Desde las redes sociales se está promoviendo que los aficionados acudan el sábado a Riazor con cartulinas rojas en señal de protesta por lo sucedido en Córdoba
02 may 2023 . Actualizado a las 20:08 h.Indignación. Es la palabra que mejor define el estado de ánimo del deportivismo después de ver cómo el pasado domingo le partían, literalmente, la cara a Alberto Quiles, que podría perderse lo que queda de temporada, y el árbitro solo mostró tarjeta amarilla a Ekaitz Jiménez. Una decisión, la de Francisco Javier Fernández Vidal, que tras las consecuencias del lance ha indignado a todo el deportivismo.
Empezando por el club, que oficialmente no se ha manifestado públicamente. Sí lo ha hecho su consejera, Emma Lustres. La dirigente publicó un duro tuit en el que mostraba su malestar por la acción: «Jodida por no haber sacado los tres puntos pero mucho más jodida por la salvajada que le han hecho al bueno de @Albertoquiles9. Inadmisible!!! para haberse quedado sin ojo. #Asino».
Es la sensación de la práctica totalidad del deportivismo, tal y como se ha podido comprobar a través de las redes sociales. De este modo, tanto por este medio como por Whatsapp, está circulando una propuesta para que la hinchada blanquiazul acuda el próximo sábado al estadio municipal de Riazor con una cartulina roja. El objetivo es que se muestre en el minuto 9 del partido mientras se corea el nombre de Alberto Quiles.
El objetivo de los aficionados es hacer notar el malestar con el arbitraje, en concreto con el del pasado fin de semana y, sobre todo, por una acción, la patada recibida por el delantero onubense, que tendría que haber sido roja y se quedó en amarilla.
El gesto, absolutamente pacífico, tendría, además, el simbolismo de realizarse el Día de las Peñas, con la visita del líder, el Alcorcón, lo que convierte en el encuentro en más que trascendental para el Deportivo. Para ello, el club está a punto de colgar el cartel de «no hay entradas».
Agradecimiento del jugador
En medio de este movimiento, Alberto Quiles emitió ayer un comunicado a través de sus redes sociales en el que agradecía todo el apoyo y cariño recibido desde el pasado domingo.
«Nunca es fácil parar de disfrutar de tu pasión por una lesión. Sin embargo, se hace un poco más llevadero gracias a todas las muestras de cariño que estoy recibiendo. Quiero agradecer de corazón a todos los aficionados su preocupación por mí. Volveré pronto», subrayó el delantero que, dada su situación contractual, podría incluso haber disputado en Córdoba su último partido como deportivista.

Hablan los árbitros: «Es una roja de manual»
En ocasiones, sucede que una acción es sumamente llamativa para el aficionado, bien por la espectacularidad de la patada o la caída, bien el efecto de la sangre. Pero luego resulta que, con el reglamento en la mano, no es tan punible como la hinchada podía creer. La patada de Ekaitz Jiménez a Alberto Quiles no deja lugar a dudas. Ni para los espectadores, ni para los expertos. «Es de manual»
Así lo explica, Uxío Caamaño, excolegiado de categoría nacional, que actualmente tiene una cuenta de Twitter, @MrAsubio, en la que analiza acciones arbitrales.
Este trencilla vigués es tajante: «Hai que ter en conta que o xogador do Córdoba non ve o balón. Pero non por iso deixa de ser sancionable con tarxeta vermella, porque a acción supón un risco grave e hai que telo en conta. No fútbol, en contra do que moita xente cree, non ten que haber intencionalidade para que unha acción sexa ou deixe de ser punible».
En la misma línea se pronuncia el también ex árbitro de categoría nacional y autor del libro «Arbi, qué pitas», Xabier Rodríguez Campos. El coruñés se ciñe al reglamento para argumentar: «El documento dice que si un jugador emplea fuerza excesiva, debe ser expulsado. Las reglas de juego no hablan de intencionalidad. Por eso, en mi opinión, es expulsión clara».
No obstante, Rodríguez Campos entiende el error: «El árbitro ve la acción desde atrás y no percibe el daño. Pienso que, lo que tenía que haber hecho, sería mirar primero el efecto de la patada y, una vez comprobado el daño sufrido por Quiles, entonces actuar en consecuencia y mostrar la roja. Porque, si esa acción hubiera sido en el pecho o en un brazo, con la misma fuerza, nadie hubiera dicho que era temeraria. Y ese creo que fue el fallo»
Llegados a este punto, cabe preguntarse si, una vez mostrada la amarilla, el árbitro podía haber rectificado y enseñar la roja. La respuesta es sí.