Antonio Iglesias, hijo de Arsenio: «Era un deportivista más, y ahora lo será desde ahí arriba»

La Voz

TORRE DE MARATHÓN

Marcos Míguez

Arsenio Iglesias falleció a los 92 años, en su domicilio, después de pasar varios años siendo víctima de una enfermedad degenerativa. El hijo del exentrenador del Deportivo agradeció las muestras de cariño: «Esperábamos una reacción pública, pero nos ha sorprendido». El estadio municipal de Riazor, recinto de tantas alegrías y tristezas vividas por el Zorro de Arteixo durante su etapa como futbolista y de entrenador, acoge su capilla ardiente

05 may 2023 . Actualizado a las 17:28 h.

Los homenajes y el cariño hacia Arsenio Iglesias se han sucedido desde el anuncio de su fallecimiento. La leyenda y referencia ineludible del Deportivo ha fallecido este viernes a los 92 años. El deportivismo tendrá, ahora, la posibilidad de despedirse de una leyenda del club, el hombre que lideró al equipo durante sus años dorados.

Desde las tres de la tarde, el estadio municipal de Riazor, templo blanquiazul, ha abierto sus puertas para que los miles de aficionados que durante años han idolatrado a este mito del deportivismo puedan darle el último adiós. 

Precisamente en las puertas del estadio, Antonio Iglesias, hijo de Arsenio, recordó al exentrenador del Deportivo. «Él se crio aquí. Su casa, su vida... Era un deportivista más y, ahora, uno menos. Bueno, más desde arriba y menos desde aquí. Él llevaba esto en el corazón», comentó. «Era un gallego estoico. Tenía esa retranca, esa forma de ser. Cuando había triunfos, intentaba no lanzar las campanas al vuelo. Y cuando había derrotas, intentaba no darle tanta importancia. Buscaba mantener una línea de estabilidad», añadió Antonio Iglesias.

El hijo del Zorro de Arteixo también quiso agradecer las muestras de cariño recibidas: «Los recuerdos son de todo tipo. Ahora nos acordamos de los felices, pero hubo de todo. En nuestra casa se intentó estar al margen del mundo mediático y de la presión externa. Es un día de mucha pena y de muchas emociones. Todas las condolencias, elogios, este homenaje... Es un conflicto de emociones que se gestiona como se puede. Esperábamos una reacción pública, pero nos ha sorprendido el ámbito nacional que ha cogido».