Óscar Cano, el orador del discurso desgastado y condenado por unos tres últimos meses horribles

Iván Antelo A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

Óscar Cano, en su último entrenamiento con el Deportivo.
Óscar Cano, en su último entrenamiento con el Deportivo. Marcos Míguez

El hombre que nunca tuvo fiebre y que se va con sus amigos a Tarifa, sin mujeres

15 may 2023 . Actualizado a las 23:38 h.

«Estábamos en Madrid y no tuvimos ni que poner el GPS porque el coche ha asumido que tenía que dirigirme y lo hizo perfectamente. Cuando un club de esta dimensión llama a tu puerta, sinceramente lo primero que piensas es que vas a llegar y que te toca a ti triunfar». Esa fue la carta de presentación de Óscar Cano en su puesta en escena, ante los medios, el día que asumió el proyecto deportivista. Su discurso nunca encajó en una parroquia blanquiazul harta de palabras y falta de hechos. Sus hipérboles y sus surrealistas justificaciones de algunos partidos le acabarían pasando factura, hasta la escenificación de su divorcio en el encuentro de León, confirmado hace una semana en Riazor contra el Alcorcón.

Y eso que Cano hizo lo más difícil. Cogió al Deportivo en la octava jornada, a siete puntos del líder Linares, en vísperas de recibirlo en A Coruña. Y lo llegó a situar a solo uno, el pasado 25 de febrero, tras su brillante goleada sobre el Badajoz (5-0). Tras aquella jornada 25, en la que el Alcorcón ya sentía el aliento coruñés y en la que los blanquiazules aventajaban en seis puntos al Racing, al equipo que hoy es principal favorito para subir de categoría.

Ahí empezó el desplome. En estos tres últimos meses, el Deportivo solo ha ganado tres partidos. 14 puntos de 33 posibles, que han fulminado casi todas sus opciones de ascenso directo (a seis puntos del Racing, con solo seis por jugarse). Incluso su aparente fiabilidad en Riazor empezó a discutirse, con empates ante el Alcorcón y el Castilla y victorias sufridas frente al Fuenlabrada (4-2, con remontada incluida), Celta B (2-0, tras quedarse el filial en inferioridad numérica al filo del descanso) y Ceuta (1-0).

Pero, sobre todo, lo más lamentable del Deportivo de Cano fueron sus encuentros como visitante. El propio preparador granadino agotó todas las justificaciones posibles, tras aludir en un principio al mal estado de los campos y el calor, entre otros factores. «Me voy muy contrariado, porque uno ya no sabe qué hacer como visitante. Mira que en diferentes partidos hemos hecho cambios, antes y durante. Pero el resultado siempre es el mismo. No sé el porqué, pero no damos la talla», reconoció el domingo.

Su nula contribución a la política de cantera del club tampoco le ha ayudado a generar simpatías entre la afición, que lleva tiempo reclamando oportunidades para la generación de juveniles que llegó a proclamarse campeona de España, y a la posterior que brilló en la Youth League. «Yo no voy a ponerme medallas poniendo a uno u a otro. Hay que dejar a los chicos crecer tranquilos», siguió justificando, hace solo unos días.

En estos siete meses, las ruedas de prensa de Cano dieron mucho que hablar. «Nunca he tenido fiebre. Es una cosa que yo desconozco. No sé si será bueno o malo, me imagino que es malo. Mi madre me recuerda muchas veces: ‘Escucha, es que tú nunca has tenido fiebre'», explicaba el 24 de febrero, para intentar ensalzar que Antoñito se había entrenado con el equipo, apenas unas horas después de superar un virus.

También tuvo mucho recurrido un comentario suyo de finales de noviembre. «Como dicen mis amigos cuando vamos de vacaciones todos los veranos: ‘Lo que pasa en Tarifa, queda en Tarifa'. El problema es que el viento vaya hacia nuestras viviendas y se enteren nuestras mujeres. Eso es más jodido», explicaba, de forma sonriente. Una declaración que incluso provocó el rechazo público de asociaciones como A terra, o balón mais elas.

También tuvo una gran repercusión un comentario del entrenador hacia uno de sus canteranos, durante una sesión en la ciudad deportiva. «Trilli, quiero irme escayolado de aquí». El de Ortigueira, una de las perlas de Abegondo, lleva toda la temporada en el ostracismo. «Trilli es un valor del Dépor. Los partidos se ponen así. El Barcelona tiene tres laterales y a veces juega Koundé. No le busquéis tres pies al gato. No le deis más vueltas, estáis buscando un titular que no existe. Cuando llegué Trilli estaba lesionado y Antoñito tuvo un rendimiento espectacular», justificó en enero. Desde entonces, aún con ausencias de Antoñito, Trilli solo ha jugado 15 minutos.