![Cata, durante su etapa como entrenador del Narón](https://img.lavdg.com/sc/AlV-f_Qgt7PDV-LznXZcQJj1wbE=/480x/2023/05/29/00121685376661677819965/Foto/F09O1020.jpg)
Cata, que une sus éxitos en Osasuna al vínculo con Galicia y a la buena relación con De la Barrera, destaca entre los tentados para gestionar la parcela desde julio
30 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El Dépor no pierde de vista el curso 23-24 mientras trata de resolver con éxito el actual. El primer retoque para encarar las citas de junio afectó al banquillo, pero el club acometerá después una reforma en profundidad. La salida de Óscar Cano es un anticipo de lo que sucederá a finales de mes, independientemente del desenlace del play off. Si bien el ascenso avivaría el interés por conservar a quienes confeccionaron el plantel que devolvería al equipo al fútbol profesional, ello no impedirá rematar una incorporación ya estudiada al concluir la pasada campaña. La Secretaría Técnica y la dirección general de la entidad coruñesa han llevado hasta ahora el peso de las contrataciones —refrendadas por el Consejo de Administración—; la temporada que viene será un director deportivo quien asuma la labor, coronando una estructura que englobará diversas áreas más.
La criba entre candidatos a la plaza progresa, con las dificultades propias de no saber si el nuevo proyecto habrá de desarrollarse en Segunda o Primera Federación. Entre los ya tanteados hay uno que ven con agrado los distintos implicados en el proceso de selección.
«Soy un gallego de Barcelona», explica Cata cada vez que se le pregunta por esa partida de nacimiento que apunta a La Roca del Vallés. Con solo siete años, se mudó, y de lo sucedido hasta entonces apenas queda registro en el apodo, que de chaval lo distinguía como catalán. En Galicia buscó un espacio en el fútbol que pudiera alternar con la que fue su primera profesión. Policía local en Ferrol, entrenador en equipos como el Mesón do Bento, el Narón, el Galicia de Mugardos o el Racing Vilalbés. Pluriempleo del que lo rescató Braulio Vázquez, el ahora director deportivo rojillo, para llevárselo a Valladolid en el 2014. Allí ejerció de responsable de la cantera blanquivioleta y estrechó lazos con el técnico que entrenaba el filial pucelano: Rubén de la Barrera, actual míster del Dépor.
«No éramos íntimos, pero ya teníamos una relación personal», explicaba el coruñés cuando asumió el banquillo del Promesas; avanzando además que aprovecharía la sintonía durante la elaboración del plantel: «Vamos a hablar y estaremos en permanente comunicación con el objetivo de facilitarnos el trabajo y hacer las cosas lo mejor posible. Somos dos puntos de vista que han de complementarse por el bien del club». Mensaje que ha envejecido bien, porque para que el entrenador diera una segunda oportunidad al proyecto blanquiazul se le garantizó hilo directo con los responsables de abastecer el vestuario en el que ejercería su labor.
Con contrato hasta el 2026
Punto a favor de Cata, quien goza además del crédito de su labor más reciente. El mismo que le ha llevado a renovar un vínculo con Osasuna que concluía a finales del próximo mes y ahora se extiende hasta el verano del 2026. Ese es el escollo más importante que debe salvar el Deportivo para incorporarlo al plan, ya que el secretario técnico rojillo ha renunciado a importantes ofertas de clubes de Segunda para devolver la fidelidad mostrada desde el Sadar. La carta de la identidad, ya explotada para allanar la compleja operación retorno con De la Barrera, junto a la posibilidad de encabezar un proyecto de futuro son las grandes bazas a explotar desde Riazor.
Hay en la lista de contactados varios profesionales más asequibles; por estar en paro o vinculados a clubes de menor pedigrí (y posibles) que el navarro. Sin embargo, si José Antonio Prieto Castro (Cata, desde que se mudó a Galicia) diera el visto bueno, se convertiría en primera opción. En junio debe resolverse algo más que un play off.
Buena relación con Carlos Rosende, cuya salida es muy probable al acabar el curso
«El tío es un enfermo del fútbol. Una persona con una capacidad enorme para detectar el talento del futbolista y saber quién se adapta mejor a lo que se necesita en cada momento». Hace año y medio, Cata hablaba así de Carlos Rosende, contribuyendo en una semblanza sobre el actual secretario técnico del Dépor publicada en La Voz. «Es un currante, muy proactivo. Y su mérito es aún más grande porque viene de abajo, desde fuera, en un mundo bastante particular, en el que no es nada fácil moverte y hay que picar mucha piedra y arriesgar», redondeaba. Opinión que allanaría el terreno al entendimiento, en caso de que el interés blanquiazul cuajara en una contratación.
Sin embargo, es improbable que Rosende siga en el club la próxima campaña, tras haber puesto su cargo a disposición del consejo cuando se optó por la destitución de Óscar Cano. El coruñés, que aún encarna la apuesta por profesionales identificados con el Deportivo, entendió que lo más honesto era someter su continuidad a la voluntad de los máximos responsables, una vez que estos habían perdido la confianza en el entrenador elegido por él y por Juan Giménez, su mano derecha en la confección del plantel.
El mensaje fue de interés absoluto en que ambos cumplan con un contrato que alcanza la 2023-2024, pero la relación había quedado tocada. Los secretarios técnicos respaldaron la búsqueda de alternativas y se pusieron a disposición del club para intentar encontrarlas. Una vez conseguido esto, casi con toda seguridad darán un paso a un lado.