Carlos Rosende y Juan Giménez se apartan del Deportivo por voluntad propia

Xurxo Fernández Fernández
X. Fernández REDACCIÓN

TORRE DE MARATHÓN

ANGEL MANSO

El club ofreció al coruñés seguir el próximo curso, pero aceptó la decisión de ambos de no cumplir el año de contrato que aún tenían como secretarios técnicos

12 jun 2023 . Actualizado a las 23:40 h.

Cuando Antonio Couceiro subió a la tarima de la sala de prensa de Castalia, hubo un conato de rebelión entre la prensa local. «Es que ya van cuatro y no ha subido ninguno de los nuestros», protestó uno de los periodistas entre el murmullo aprobatorio de sus compañeros, exasperados por el asalto al púlpito blanquinegro por parte de la expedición del Deportivo. Las voces del derrotado tenían más que contar. Aunque todas —Rubén de la Barrera, Lucas Pérez, Álex Bergantiños y el citado presidente de la entidad— calcaron prácticamente el mensaje: toca agitar de nuevo las bases del club coruñés. 24 horas después de la protestada comparecencia, se anunciaba el inicio de la remodelación, arrancada por la tarea más sencilla de acometer. Un comunicado refrendaba el adiós cocinado semanas atrás, cuando las formas en que se decidió el despido de Óscar Cano llevaron a Carlos Rosende y Juan Giménez a anunciar su intención de abandonar la secretaría técnica. Plaza en la que han cumplido su segunda temporada y a la que todavía les vinculaba otro año por contrato.

Ambos profesionales entendieron que no tenía sentido aferrarse al cargo tras el proceder que alteraba la formula habitual en la toma de decisiones. Apreciación no compartida desde la directiva, que ofreció a Rosende seguir el próximo curso para colaborar con el director deportivo que llegará en los próximos días.

El profesional coruñés declinó la propuesta, agradeciendo al club la oportunidad que supuso su incorporación y aludiendo a la intención manifestada por el Dépor de modificar en profundidad la estructura interna. A los 35 años buscará nuevo destino con el aval extra de su experiencia en una plaza tan complicada como la del equipo de su ciudad. A él llegó de la mano de Carmelo del Pozo tras haber colaborado anteriormente con Richard Barral. Lo hizo para encargarse del departamento de captación de la cantera y con el cambio en la propiedad le surgió la ocasión de asumir la secretaría técnica.

Encontró el refuerzo de Juan Giménez, llegado desde el Cornellá y que ahora está muy cerca de recalar en el Ibiza para volver a coincidir con Guillermo Fernández Romo. La primera elección del tándem fue la de incorporar Borja Jiménez como entrenador para el curso 21-22, al imponerse la salida de Rubén de la Barrera ante la negociación de este con el Las Palmas.

Para confeccionar la plantilla, se empezó por Ian Mackay, procedente del Sabadell y elegido mejor portero en Segunda. Llegaron también varios futbolistas que ofrecieron un alto rendimiento, como Juergen Elitim, Alberto Quiles, Mario Soriano, Víctor García o William de Camargo. Sin embargo, no se logró el ascenso por la vía directa y el Albacete del propio De la Barrera consumó el pinchazo en el último suspiro del play off.

Entre las alternativas ofrecidas para la 22-23, el consejo optó por mantener a Borja, pero la decisión solo se sostuvo hasta la séptima jornada. Después llegó Óscar Cano, cuyo cese desencadenaría, por las formas, la partida en diferido de Rosende y Giménez. «El Deportivo quiere agradecer muy sinceramente a Carlos y a Juan su profesionalidad y su trabajo durante estas dos temporadas en el club». Un mensaje de despedida como punto de partida de la enésima remodelación. La reclamada entre murmullos de la prensa local sobre una tarima de Castalia.