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Convirtió en héroe al meta adolescente del Majadahonda tras cerca de veinte llegadas con ventaja, pero predominaron los errores en la decisión o la ejecución
28 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Para su primera rueda de prensa pospartido, Imanol Idiakez tiró de un clásico y copió el recurso de la lista de agravios popularizada por Mou. Donde, a principios del 2011, el portugués colocó sus porqués dirigidos al estamento arbitral, el vasco enumeró el sábado ocasiones, señalando al autor del pase o al rematador. «Nos ha faltado acertar», lamentó antes de citar de memoria nueve oportunidades. «Creo que me dejo alguna», valoró. Concretamente, diez. El repertorio delata que en Riazor hubo más culpables del empate que Dani Martín, portero adolescente de feliz debut en Primera Federación.
La lista debería arrancar ya en el minuto 4, con una pared que habría colocado a Davo en clara ventaja si Lucas no le hubiera imprimido demasiada fuerza a la devolución. Tres más tarde, fue el futbolista del Kas Eupen quien midió mal un pase en profundidad, permitiendo llegar al meta antes de que Barbero pudiera chutar. Lucas cazó el rechace y volvió a buscar a Davo, ya sin marca en la frontal del área pequeña. El portador del 11 cabeceó inexplicablemente muy a la izquierda de la desprotegida línea de gol.
En el 12 fue el delantero de Monelos quien volvió a fallar. Chutó de lejos contra un oponente mientras dos compañeros tiraban desmarques claros. 60 segundos después, se llenó de balón Yeremay. Rompió al lateral y eligió chutar (desviadísimo) sin detectar a Davo, que había aprovechado el arrastre de Barbero y Villares para quedar solo en el punto de penalti, desde donde, desesperado, reclamaba el pase que no llegó.
Al cuarto de hora, Barbero no supo aprovechar el enredo de Dani Martín con el balón; y, en el 22, el punta y Ximo (este, sin marca en el segundo palo) quedaron fuera del alcance del centro de Lucas, fenomenalmente asistido por Yeremay.
El canario fabricó, en el 28, la séptima oportunidad. Dirigió una contra de tres contra dos y en lugar de combinar con Barbero, que corría en ventaja hacia portería, optó por un pase con el exterior. Lo recibió Davo para soltar un punterazo sobre la línea de la frontal. Centrado, abajo. Desviado a córner antes de entrar.
En ese saque de esquina, sí conectó el nuevo dueño del 10 con el portador del 9, pero este cabeceó alto desde el pico del área pequeña, donde murieron varias acciones de estrategia del Dépor.
Yeremay era ya el recurso habitual de los locales, y en el 33 percibió la llegada de Lucas, poniéndole la pelota en ventaja para un violento zurdazo mal dirigido, que el meta se sacó de encima con los pies. El coruñés hiló luego dos acciones propicias para centrar dentro del área (minutos 36 y 38); sin embargo, en ninguna consiguió levantar lo suficiente el cuero. Sí supo hacerlo Peke, con su pierna izquierda, en el 39. Davo, beneficiario del envío, pateó aire en lugar de balón.
La siguiente del canario dejó a Lucas Pérez reclamando la bola sin nadie cerca en la frontal mientras el canterano elegía tirar un quiebro que salió mal. Antes del descanso aún llegó la de Pablo Martínez y su habitual frentazo; falto de potencia esta vez.
Para abrir el segundo tiempo, otras dos de Yeremay. En el 47 chutó de lejos, fuerte y cruzado, y Davo no logró desviar a gol. En el 52, recibió del 7, socio frecuente, dentro del área, y sacó un tiro sin fuerza que blocó Dani Martín.
En el 64, la más clara: centro perfecto de Lucas que cabecea Ximo contra la cara de Abajas, dirigiendo fatal un remate en el que lo más sencillo era marcar.
De ahí al final, disparo fácil del de Monelos; otro de Mella al cuerpo, malogrando un dos contra dos; un tercero del mismo canterano, bien detenido junto al palo; y Hermoso desviando sobre la línea el chut de Ochoa, en el único error del joven meta que el Deportivo no supo estrenar.