Los riesgos de las supersticiones en el deporte y cómo combatirlas
TORRE DE MARATHÓN
![Pablo Martínez es uno de los futbolistas del Dépor con más manías](https://img.lavdg.com/sc/_m97q_FrrYvFhWKyDbRm7aPKkwQ=/480x/2023/12/25/00121703527262880972413/Foto/H_20231207_111304000.jpg)
Las supersticiones forman parte del deporte y van muy ligadas a él. Aclarar que no hay que confundir rutinas con supersticiones. Las rutinas para preparar un partido están demostradas científicamente y relacionadas con el nivel de activación, y las supersticiones no se basan en pruebas científicas y afectan al nivel de autoconfianza. Se pueden observar a menudo futbolistas que realizan rituales, como por ejemplo porteros que tocan dos veces los postes de la portería antes de comenzar el partido. Pueden darse en forma de comportamientos (actos repetitivos, como por ejemplo Rafa Nadal) o en forma de creencias (cuando el jugador confía en el poder de un objeto, como llevar un amuleto). Existen diferencias individuales dependiendo de la personalidad del jugador y el lugar de control. De aquello que el profesional percibe que ejerce control sobre su vida, y que puede ser interno (cuando piensa que él tiene todo el control de lo que le pasa) o externo (cuando cree que son otras personas o circunstancias las que dominan su vida).
Los deportistas que tienden al control externo tenderán también a la superstición. Las supersticiones no se basan en pruebas, sino en creencias irracionales con una base sociocultural que va a servir de modelo para que el jugador aprenda este tipo de conductas y sea más temeroso, precisando controlarlo todo. Las personas con características fóbicas y de tipo obsesivo quieren controlar continuamente sus miedos, sentirse seguras siempre, pero están sufriendo inútilmente porque casi nunca se hacen realidad sus temores, de ahí la irracionalidad de la superstición.
Si las supersticiones son de grado leve, como llevar una camiseta o un calcetín de un color determinado, o un amuleto, sirven para proporcionar al jugador sensación de control y de tranquilidad y no hay que darles mayor importancia. Si un deportista tiene una superstición muy rígida (evitar situaciones) y alcanza un nivel alto, puede ocasionarle una ansiedad elevada y una pérdida de confianza en sus propias capacidades, afectando a su rendimiento deportivo y recurrirá cada vez más a las supersticiones para tolerar la presión de la competición.
Entonces, ¿qué puede hacer un futbolista para dejar de ser supersticioso? No voy a entrar en técnicas psicológicas, que por supuesto son aplicables, sino simplemente en unas pautas prácticas a seguir para ir desmantelando todo el proceso supersticioso. Si la superstición es leve, no tiene mayor importancia porque no afecta al comportamiento general ni al rendimiento deportivo (la costumbre de salir al campo pisando primero con el pie derecho, por ejemplo). Si las supersticiones son muchas e incluso se añaden otras nuevas, esto sí que es preocupante porque va afectar a la conducta del jugador, a su confianza, motivación y por añadidura a su rendimiento deportivo. Entonces, hay que ayudarle a dar el paso de ver lo que ocurre cuando suprime un ritual, para librarse de su temor, empezando siempre por algo pequeño. Comprobará que no sucede nada.
Luego, enfrentarse a los miedos, porque no se pueden controlar todas las situaciones de la vida y la mayoría de las veces no tienen consecuencias graves. Anotar en un folio qué es lo que teme que ocurra y anotar a continuación al lado lo que ocurrió. Comprobará que no se cumple el pronóstico, más allá de coincidencias puntuales. Hacer al jugador, poco a poco, consciente con datos reales de que serán muchas las situaciones que puede temer y pocas las que se hacen realidad.