Soy lucense de nacimiento y me siento coruñés de adopción. Recuerdo como si fuese hoy, cuando un compañero de curso en sexto de primaria nos contaba los lunes cómo era ver un partido del Dépor en Riazor. El domingo veía Estudio Estadio para poder entenderle, pero no conseguía sentir lo que Daniel describía, a pesar de que todos tirábamos de imaginación para asistir a toro pasado. La distancia entre Lugo y A Coruña es de cien kilómetros; de aquellas, recién estrenado el euro, el peaje costaba setenta céntimos y se tardaba lo mismo: una hora de puerta a puerta.
Lugo siempre ha sido una ciudad con un hijo predilecto, el Breogán. En cambio, el CD Lugo, salvo en la idílica relación que mantuvo con Quique Setién, siempre ha pasado a un segundo plano, seguramente porque el Pazo es acogedor y bajar al Anxo Carro con la sensación térmica de Laponia no es nada apetecible. Os diría que se apoya al Dépor y al Celta en la misma medida, pero todos estos a su vez son del Real Madrid.
El domingo Riazor sabía que se jugaba algo importante, se movilizó hasta tal punto de que conseguir entradas en reventa era misión imposible. Si ganábamos nos poníamos líderes, el momento idóneo para cortar la racha o el perfecto para esquivar al destino victimista que rodea al Deportivo.
Lucas metió el primero desde los once metros, asistió en el segundo a Mella desde unos setenta y digo asistió, porque el último esfuerzo que hace para no recibir la falta y dársela al más rápido no es casualidad, él sabe que si lo hace puede acabar en gol. También asistió en el gol de Davo y en el de Hugo Rama. Además, sacó la zurda a pasear y encontró dos veces madera. En definitiva, un recital. El equipo ha mejorado y Lucas lo lleva de la mano. Es la misma versión como líder de campo que llamó la atención de Arsene Wenger.
Idiakez, de diez; las aficiones, de diez, y la situación clasificatoria, de once. Somos líderes, pero también, ahora mismo, somos los mejores, que es mucho más importante. Paupérrimo nivel del árbitro, para meterlo en una cámara de ultracongelados de Correa Kessler y volver a por él en unos meses.
El Fabril remontó en el Ruta de La Plata, el Leyma ganó y el viernes se juega mucho contra Estudiantes. Lucenses, esperamos recibiros el año que viene en el parqué del Palacio y no en el verde de Riazor.