Clara Rodríguez, jugadora del Dépor Abanca: «Me sentía sola y pensaba: 'Quizás me equivoqué al venir'»

Iván Antelo A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

MARCOS MÍGUEZ

Este sábado visita al Barcelona B, su exequipo: «Tengo amigas allí, será especial»

15 mar 2024 . Actualizado a las 18:15 h.

Aunque vistas desde fuera parecen unas privilegiadas por poder ganarse la vida dando patadas a un balón, detrás de cada futbolista hay una persona con sentimientos e inseguridades. Clara Rodríguez García (Granollers, 2003), que este sábado (18 horas) visita con el Dépor Abanca a su exequipo, el Barcelona B, es un ejemplo de ello. Se fue a vivir sola, con 20 años, al otro extremo del país, y le costó muchísimo adaptarse a la vida adulta. Algo que también repercutía en su juego.

—Regresa a la que fue su casa.

—Sí. Tengo muchas ganas de volver y de jugar, claro [se ríe]. El Barcelona ha sido mi casa durante siete temporadas y es especial. Tengo amigas allí: Alba Caño, Noah Bezis, Julia Bartel, Martina, Lucía... Realmente, hay muchas. La mayoría del equipo.

—No se confunda de vestuario...

—No, no... ¡Las saludaré y ya! [se ríe]. Con alguna ya he comentado algo, pero realmente ha sido una semana en la que ellas me dejaron tranquila y yo a ellas. Al final del partido habrá más tiempo.

—El Barcelona B no les va a poner las cosas fáciles.

—Será un partido difícil. Van segundas y tendrán ganas de vencernos para intentar repetir la primera plaza que conseguimos el año pasado. Nosotras también vamos con mucha ilusión de ganar. Vamos tranquilas y somos conscientes del partido que es. El Barcelona B quiere el balón y nosotras también.

—Será un partido diferente al resto por la peculiaridad del estilo de juego del rival.

—Nosotras siempre analizamos a las rivales, pero nuestra idea también es la que es y no renunciamos a ella. Es verdad que como juega el Barcelona B no lo hace ningún otro equipo de nuestra Liga, pero nos adaptaremos para imponer nuestro fútbol.

—¿Cómo fueron sus inicios?

—Yo, de pequeña, también hacía atletismo, pero veía a mi hermano jugar al fútbol y yo también quería. Al principio compaginaba los dos deportes, hasta que un día me tuve que decantar por uno de los dos.

—Como Salma Paralluelo.

—Bueno... No a tanto nivel de profesionalidad. Yo le daba a todas las distancias, incluso también a los saltos. ¡Y ganaba bastantes pruebas! Sin llegar a ir a campeonatos de Cataluña o de España, pero sí me he llevado algunos trofeos.

—Y acabó en el Barcelona.

—Yo empecé jugando en un equipo de chicos, en Granollers. Después de tres años, me fui ya a uno de chicas, el Centelles, y luego me fichó el Barcelona. Hice muchísimas pruebas para poder entrar. El primer año que las hice, no me pillaron. Al siguiente me volvieron a llamar y ya sí. Fue un sueño hecho realidad para mí. Los primeros años que estuve allí, el fútbol femenino aún no estaba tan evolucionado y las chicas no teníamos Masía para nosotras. Así que mi padre me llevaba en su coche a cada entrenamiento. 40 minutos ir y otros tantos volver... ¡Y de noche! Pasado el tiempo ves que ha merecido la pena todo ese esfuerzo. Mi etapa allí fue muy bonita y muy rápida. Pasó todo a una grandísima velocidad.

—¿Cómo fue lo de subir al primer equipo?

—Fui solo a algún entrenamiento y también una vez convocada a un partido de la Copa de la Reina, pero no jugué. Eso sí, aunque fuera poco, esa experiencia me la guardaré siempre. Miraba a Alexia y a Aitana con muchísimo respeto y admiración. Son unas grandísimas futbolistas y superprofesionales. Me imponía muchísimo estar con ellas, pero son majas.

—¿Cómo fue su llegada al Dépor?

—Me costó muchísimo adaptarme a todo. Era la primera vez que salía a vivir fuera de casa. Estar sola, equipo nuevo, compañeras que no conocía... Tardé en adaptarme y eso se trasladaba al campo. Me costó mucho y se notó durante la pretemporada e incluso durante el comienzo de Liga. Por eso Irene [Ferreras] tampoco contaba mucho conmigo. Y eso al principio lo llevaba bastante mal, mentalmente. Me sentía muy sola. Sin mi familia cerca, sin mis amigos, no jugaba... Incluso pensaba: «Quizás me he equivocado viniendo...». Ahora ha mejorado la situación gracias a mis compañeras de equipo, que me han ayudado un montón. Sin ellas lo habría pasado peor. Pero al principio no estaba bien. Ni siquiera confiaba en mí. No era yo misma. Tampoco en el campo.

MARCOS MÍGUEZ

—¿Cómo fue su fichaje?

—Tenía la idea de salir del Barcelona. Quería cambiar de aires. El anterior verano [2022], el Dépor ya se había interesado en mí, pero aún tenía contrato y no pude salir. Esta temporada me volvieron a llamar y ya me vine. El objetivo del Dépor, subir a Primera, tiraba mucho.