Pau Víctor, una bala a la espalda de Riazor

TORRE DE MARATHÓN

Pau Víctor, durante un partido del Barcelona Atlètic contra el Lugo
Pau Víctor, durante un partido del Barcelona Atlètic contra el Lugo Óscar Cela

Repaso coral a la trayectoria del pichichi de Primera RFEF, por quien el Barcelona pagará tres millones y que le marcó al Dépor en el Johan Cruyff

09 may 2024 . Actualizado a las 10:29 h.

El soberbio pase de Héctor Fort, en perpendicular a su carrera, empleando el exterior, no merecía otro desenlace: Pau Víctor recibiendo a la espalda de Pablo Martínez para recortar a Germán Parreño y anotar. Es ahí, en el trecho que va del central al meta, donde está haciendo carrera el actual pichichi de Primera Federación. Apenas tiene 22 años, pero hace tiempo que le tomó la medida a esa zona gris de los campos de fútbol que pocos delanteros explotan mejor.

«Era muy llegador desde segunda línea, y por lo que veo, cada temporada lo es más». Cuando Pablo Expósito coincidió con Pau Víctor en Girona, el futbolista de Sant Cugat del Vallés jugaba algo más retrasado que en la actualidad. «Su perfil era el de mediapunta, no el de un delantero puro —apunta el hoy lateral del Rápido de Bouzas—. Es del 2001 y entonces militaba en el juvenil de Liga Nacional, pero empezó a meter goles, lo llamaron para entrenar con nosotros en División de Honor y al míster le encantó». Para convencer al técnico —Álex Marsal—, tuvo que adelantar el estirón: «Se metió enseguida en nuestro ritmo, era muy comprometido y si lo subieron fue en parte por lo que ofrecía sin balón. Nos pedían ser muy insistentes en la presión y él tenía ese clic».

El carrilero vigués compartió además residencia con el referente ofensivo del filial azulgrana. «Aunque lo recuerdo muy tímido y reservado, era buen compañero. De esta gente que no tiene ninguna maldad». Sobre el césped «tenía esos primeros metros diferenciales, sin ser un portento. Ahora lo ves y te parece que está enorme, pero entonces no llamaba la atención. Y aún así, en los duelos chocaba y no lo tiraban, porque iba de verdad. Entrenaba de verdad».

La progresión fue tal que Pau Víctor llegó a estrenarse en el primer equipo a los 18, promocionado por Francisco. El mismo que un curso más tarde le dio siete partidos en Segunda. Con Michel le costó más abrirse paso en la escuadra del ascenso y el delantero comenzó otra fase de su carrera: la de las cesiones. La segunda es esta en el filial de un Barcelona que ya planea ejercer la opción de compra sobre el jugador. Tres millones de euros a pagar al Girona por el autor de 17 tantos y cuatro asistencias en lo que va de campaña en Primera RFEF.

No es su estreno en la categoría, porque ya estuvo a préstamo en el Sabadell. Allí consolidó sus virtudes, disputando 36 encuentros y firmando siete dianas y seis pases de gol.

«Llegó casi a final del mercado de verano, cuando yo todavía era el segundo de Gabri», detalla Miki Lladó, quien en la jornada 18 tomó el relevo al frente del banquillo arlequinado. «Lo teníamos identificado, pero tampoco esperábamos el rendimiento que dio ya en los primeros partidos», prosigue antes de aportar datos sobre la versatilidad del futbolista catalán. «Cuando formábamos 5-3-2, él a veces entraba en ese medio para llegar desde segunda línea. Su fuerte quizá no está en asociarse, porque no es tan fino para jugar de primeras o a dos toques, pero sí tiene velocidad para atacar espacios y una gran conducción. Regate, amagar tiro... Su capacidad con balón es alta, pero sin él, con los movimientos al espacio y su forma de atacar espalda, es bestial».

El esquema del equipo cambió y «con 5-4-1 se convirtió en nuestra referencia arriba. Era suficiente para permitirnos salir de campo propio tras recuperación. Y luego, sus capacidades defensivas son brutales; él solo podía presionar a dos centrales del rival». Lladó no duda en calificar a Pau Víctor de «futbolista diferencial» y aventura que de continuar en la entidad azulgrana no tardará en debutar con el primer equipo. «Su mentalidad es excelente», asegura, entendiendo como lógicos los saltos que ha ido dando el atacante: «Cuando solo quieres aprender, buscas rendir, aportar, tu predisposición en los entrenamientos es máxima... Hablamos de alguien que acata muy bien las directrices, el mejor delantero con el que he trabajado». Rasgos que definen a la gran amenaza del próximo visitante de Riazor.