«Si hay que pasar cuatro años en el infierno para esto, ha merecido la pena»

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

Comunión absoluta entre la plantilla del Deportivo y los más de 15.000 hinchas blanquiazules concentrados bajo el balcón de María Pita

26 may 2024 . Actualizado a las 22:59 h.

«¿Seguro que esto aguanta el peso? Yo creo que no voy ni a salir, Total, no se me entiende ná». Barbero alcanzó el balcón cuando ya estaba lleno de compañeros y no acabó de convencerle su estabilidad. Por eso cuando Lucas, en su labor de maestro de ceremonia, ordenó «que salga nuestro killer», no hubo quien diera con el andaluz.

Pero la espantá del 9 fue casi al final. Antes se asomaron a María Pita multitud de agradecimientos, algún baile y varias promesas de más. Empezando por la de quien es dueño del 7 desde el mercado de invierno del 2023. «El de Monelos se queda, hay que subir a Primera», prometió antes de dirigirse a los más de 15.000 hinchas congregados a sus pies: «A muchos ya os vi en Cuatro Caminos. De todo corazón, esta plantilla os quiere dar las gracias por todo lo que habéis hecho en los cuatro años en esta categoría de la que por fin nos vamos. A los abuelos y abuelas, padres y madres, y en especial, a los niños y niñas, que sois el futuro».

Tras él, Diego Villares tomó el micro para confesar que «aún no siendo de A Coruña la siento como mía» y reclamar puesto en Segunda para otro compañero de plantel. Abrió su intervención con un «ahora que ya hemos apalabrado la continuidad del capitán» y lo cerró cediendo turno «al siguiente que va a firmar; vuestro francés favorito».

Y entre el «Pablo quédate» se pudo escuchar a Martínez, ocho ascensos a la espalda, vencer la delatora afonía para responder con un «muchísimas gracias» a la entregada multitud. Luego fue David Mella —«No me gusta mucho hablar, así que solo decir una cosa: ‘Somos el puto Dépor, hermanos’»—, Hugo Rama, Dani Barcia, Mikel Balenziaga, José Ángel —«Me han pintado ‘asesino’ en la parte de atrás del coche», se quejó entre risas—, Rubén López... Hasta llegar a Imanol Idiakez: «A Jose no le gusta que le llamen asesino, se cree que es más de tocarla. Si hay que pasar cuatro años en el infierno para conseguir esto, para ver al deportivismo así de unido, ha merecido la pena. Solo hemos dado el primer paso, porque hay que poneros en el lugar que merecéis».

Como la hinchada insistía, acabó apareciendo incluso Yeremay. «No puedo hablar mucho», lamentó aún con su aparatoso vendaje en la nariz. Lo suficiente para declararse «muy contento por el ascenso» y compartir el deseo de tantos: «A ver si el año que viene subimos otra vez».

También Germán Parreño, con su brazo en cabestrillo, recordó que «llegamos con el objetivo de traeros fútbol profesional y ahora toca seguir remando fuerte». Hubo Davo, Pablo Vázquez, Luis Quintero —«He sentido esta camiseta cada minuto que he pasado en el campo»—, Ximo Navarro, y un emocionado Suso Méndez, de quien Lucas Pérez contó que «lleva más años trabajando aquí que yo de vida». Para confirmarlo, el veterano utillero mencionó que «en 1991 subí aquí por primera vez» y dejó su petición: «Que después de esta haya más».

Y así fue muriendo la fiesta, hasta que el 7 se percató: «Nos falta el killer, dónde está». A su lado alguien propuso: «Voy a buscar el traductor, porque no lo vais a entender». Nunca llegó. Tampoco Barbero, que se perdió el Mambo bailado por el plantel para cerrar dos semanas de celebraciones y demostrarle a su ariete el aguante del balcón.

«Hablamos de pedirle a la alcaldesa mejor temperatura para la fuente, estaba muy fría»

«Estamos todos muy arriba y nos divertimos mucho». El Deportivo improvisó una especie de zona mixta en el salón del Ayuntamiento y por ella pasó Mikel Balenziaga: «Me ha sorprendido muchísimo que la ciudad siga tan volcada con nosotros, hemos vuelto a disfrutar de un nuevo ascenso». «Desgraciadamente, este año no pude vivir la gabarra, sé que aquello fue increíble, pero con esto me he divertido como un niño», compartió el lateral.

«Lo que queremos es seguir compitiendo, seguir siendo nosotros y disfrutar tras habernos quitado el peso de encima», apuntó respecto al doble enfrentamiento de esta semana con el Castellón.

«Cuando me llamó el Dépor y tomé la decisión, mi única ilusión era ascender. Sabía que iba a ser difícil y el principio lo fue, pero le pudimos dar la vuelta y objetivo cumplido», resaltó, para luego detallar que «todo el mundo me había hablado maravillas de este club. Eneko Bóveda, que lo conoce muy bien, me dijo que todo lo que había en mi cabeza lo iba a superar, y así ha sido».

«Ahora a descansar, cargar pilas, y el año que viene a tener compromiso desde el principio para al menos intentar volver a subir», reclamó el veterano futbolista vasco.

También atendió a los medios Diego Villares. El de Samarugo explicó cómo el plantel había pensado aprovechar la visita al Ayuntamiento para mejorar las condiciones de futuros baños en María Pita: «Hablamos de pedirle a la alcaldesa mejor temperatura para la fuente, estaba muy fría». «Fue una pasada, como ahora aquí, ver a tanta gente viviendo así un éxito... Hacía falta», celebró el centrocampista.

«Por fin nos tocaba después de tantos años. Para mí habían sido todo golpes negativos y ya era hora de esto», señaló el recién elegido mejor jugador del curso: «Sin todo este equipo que me acompaña no habría sido posible. Quiero agradecérselo a ellos».

Y para la última semana de competición, un deseo: «Nos gustaría llevarnos esta copa y ser los mejores de Primera Federación. Es un trofeo bonito». El broche ideal a los festejos: «Esto supera las expectativas de todo el mundo, nadie imaginaba algo tan increíble».