Con una mejoría defensiva palpable, el Deportivo afrontaba el partido ante el Eldense en Riazor con un mensaje claro tras el encuentro del pasado domingo en Elche, hacer ahora bueno aquel punto fuera con una victoria en casa. Imanol Idiakez introdujo dos sorpresas en el once: con su habitual esquema de 1-4-2-3-1 con la vuelta de Yeremay a su posición en la izquierda, la entrada de Bouldini por Barbero en punta y el rol de Soriano como mediocentro en lugar de Diego Villares. En este último relevo diría que tengo sentimientos encontrados: me gusta la propuesta por un jugador en carril central más creativo ante un rival que defiende mucho tiempo en bloque bajo, pero que prioriza su ofensiva en balón parado, transiciones y ataque directo.
Todo este escenario del Deportivo daba vital importancia a ganar duelos, y ahí el de Vilalba es fundamental. Siendo objetivo, el principal hándicap del Joker Soriano es que jugará siempre fuera de posición en este equipo, pues en ella se sitúa un tal Lucas Pérez, jugador que más ocasiones genera en la categoría con «pases clave». Uno parecido fue desaprovechado por Bouldini para empatar el choque, acertando el marroquí a la segunda en un centro exquisito del 7.
A pesar de la supuesta premisa ofensiva, el Deportivo no generaba lo suficiente al margen de la dupla Yeremay-Obrador y el capitán blanquiazul. Además, sufría en transiciones con Mfulu demasiado solo, echando de menos esa capacidad para repetir esfuerzos del centrocampista vilalbés.
El partido fue bajando en ritmo, con un cuadro alicantino parando el juego de manera continua y un Deportivo que atacaba demasiado desorganizado, notando en exceso que Mella y Yeremay no estuvieron tan acertados como en ellos suele ser habitual.
Así pues, el jugador canario fue sustituido en el minuto 70 para colocarse Herrera en el perfil derecho, pasando Mella a la izquierda. Un poco antes se había retirado Mfulu por Villares, tras lo que el Deportivo fue perdiendo ese equilibrio adquirido en las últimas fechas, ese que el gran Bruce Lee consideraba «lo más importante para la guardia ante una pelea»; y nos quedan 32. Estoy seguro de que el gol llegará, no perdamos el equilibrio.