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Las constantes interrupciones consumieron casi la mitad del segundo tiempo del partido en Riazor, desatando el enfado de Imanol Idiakez
21 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Concluido el encuentro, Imanol Idiakez acudió a analizarlo en la sala de prensa de Riazor. La última pregunta (doble) de su comparecencia correspondió a un periodista que cubre la actualidad del conjunto rival.
—Una pequeña duda: en la jugada de la lesión del central del Eldense, el Deportivo no devuelve el balón, ¿es una decisión del técnico? ¿Es algo esperable durante toda la temporada?
—Nosotros avisamos antes de los partidos de que no echamos la pelota fuera ni esperamos que nos la devuelvan. A veces, por cortesía, si vemos que hay una lesión, la devolvemos; pero ha llegado un momento hoy en el que el partido era una tomadura de pelo. Como los cinco minutos de descuento, que han sido otra tomadura de pelo.
La acción de la polémica lleva a detener el crono en el 73 y medio del choque. Dumic se retuerce sobre la línea de fondo tras un esprint para evitar que Lucas Pérez alcanzase el cuero servido en profundidad por Cristian Herrera. Ian Mackay observa a su compañero y lanza la bola más allá de la cal. El colegiado se acerca al futbolista lesionado mientras se señala el reloj, indicando que el tiempo perdido se recuperará en la prolongación.
Galech Apezteguia mentía, pero eso no se supo hasta un rato después. Para haber cumplido con su advertencia tendría que haber llevado la cita al menos hasta el 114; porque de los tres cuartos de hora del segundo tiempo del choque, el balón estuvo en juego poco más de la mitad. Tras la lesión de Dumic, por ejemplo, la actividad no se reanudó hasta el 75.32. Dos minutos que añadir a esa cuenta de los malgastados, que alcanzaron los veinte y medio solo entre el final del descanso y la conclusión del tiempo reglamentario. El árbitro sumó cinco de descuento, que finalmente amplió a seis por una intervención del VAR. De esa media docena extra, otros 3.19 se esfumaron sin actividad. La tomadura de pelo a la que se refirió más tarde el técnico es fácil de cuantificar.
El recuento puede comenzar con la primera falta del Eldense tras la reanudación; sobre Yeremay, en el 46. En el 47, Jorquera gesticula, tendido en el césped, por un presunto golpe de Lucas en la cara. Le come treinta segundos al reloj. El 7 del Dépor se dirige por primera vez al colegiado en el 53: tras una infracción de Bouldini, los visitantes se toman 45 segundos para sacar.
La grada se suma a las protestas del de Monelos cada vez que Marc Mateu se eterniza en los lanzamientos de banda. Y los silbidos arrecian en el 64, cuando Galech Apezteguia reclama que se acelere la sustitución de Godoy. 52 segundos más al limbo para que se consume el reemplazo. Antes habían efectuado uno los de casa: en cambiar a Nuke Mfulu por Diego Villares apenas se invirtieron diez.
Para cuando, en el 69, Idiakez decidió relevar a Bouldini y a Yeremay, el juego volvía a estar parado. Ortuño se dolía por un pisotón. El ariete blanquiazul se retiró a la carrera, mientras que el extremo no tardó nada en salir por la banda más cercana. El futbolista rival seguía quejándose, así que ya había otro minuto menos por delante cuando la falta se botó. Dos más se dilapidaron en la famosa acción de la pelota no devuelta, con la que se inauguró la plaga de calambres que asoló a los de Dani Ponz.
Los sufrió Nacho Monsalve en el 81 y Quintana cinco después. Este último contratiempo generó una reacción en cadena que culminó en expulsión. Porque la cita prosiguió mientras el ariete sufría acostado en la hierba, hasta que Lucas vio la amarilla por impedir a Simo avanzar. Junto al banquillo, recibió la roja el delegado de campo, Yago Villar. Había gritado «de forma airada y ostensible», luego aplaudió «en señal de mofa» y le dio una patada a un balón. Entre eso y la retirada de Quintana volaron otros 130 segundos. Cuando el marcador llegó al 90, quedaban veinte minutos y medio a deber.
El árbitro apenas dio seis. Y eso, porque puso uno extra cuando Ximo Navarro reclamó penalti tras disparar a puerta y fue necesario revisar la ocasión. Durante ese descuento, Mackay se tomó con calma un saque de puerta y recibió una amonestación. Transcurría el 95 en el marcador. El primer castigo al esperpento llegaba cuando ya no quedaba tiempo para más.