Desplazado al centro del campo, interviene más y ha mejorado su acierto en el pase frente a la versión con la que se volvió indiscutible en el Eibar
11 nov 2024 . Actualizado a las 18:07 h.«Mario es importante. Un grandísimo fichaje». A la altura de la sexta jornada, Imanol Idiakez creyó haber agotado las opciones para reunir a sus cuatro grandes referentes ofensivos y optó por sentar a Soriano, el último en llegar (o volver). Tras dejarlo en el banquillo frente al Burgos, quiso recalcar en sala de prensa la trascendencia que concedía a su reincorporación. Sin embargo, volvió a relegarlo a la suplencia en el Carlos Belmonte y ante al Málaga, en Riazor. Lo reintegró en el grupo de titulares frente al Elche, aprovechando la cita de Yeremay con la sub-21, pero tras el regreso del canario, asignó al madrileño una nueva función.
Lo había probado ya como centrocampista un mes antes, en El Arcángel, y en la medular lo ubicó de nuevo en el choque con el Eldense. «Ha hecho un gran partido. Puede estar un poquito más adelante o un poquito más atrás, pero por dentro es un futbolista con muchísimo talento y con capacidad para generar juego con rivales cerca, darnos tiempo a los demás, jugar hacia delante, superar líneas en conducción...», reflexionó el míster tras el encuentro. A partir de entonces, el portador del 21 ya no abandonó esa posición.
Cierto es que el Dépor fue perdiendo alternativas en el doble pivote con las lesiones de José Ángel, Nuke Mfulu y Jaime Sánchez —los tres siguen sin estar disponibles—. Pero no lo es menos que Mario Soriano se ha ido sintiendo cada vez más a gusto en la demarcación. «Ahí recibo más el balón y ayudo en la salida (...). Al final es un rol distinto pero que me va a hacer mejor. Hará que el día de mañana pueda actuar en muchos puestos y me va a venir bien», razonaba el jugador.
Ni siquiera el relevo en el banquillo le ha devuelto su antiguo papel. Óscar Gilsanz lo mantuvo merodeando la divisoria en Cartagonova, en una combinación con Diego Villares que cuajó en casa del colista. Este sábado, en rueda de prensa, el míster dejaba esta reflexión: «Mario aporta mucho en el doble pivote: tiempo con balón, movilidad para darnos opciones... Hasta esta temporada había jugado en posición más avanzada. Ahora se le aleja del área, pero a cambio nos ofrece recursos para atacar a través de la pelota y capacidad para tenerla. Nos ayuda en la salida y está haciendo una labor muy buena e importante para el equipo». Así que ahí seguirá esta noche, en una jornada especial.
El próximo en desembarcar en A Coruña será el Eibar y ese al que dicen el Joker vivirá la cita como un día especial. El del reencuentro con un ex.
En verano del 2023, Soriano se acogió a una cláusula de su contrato para sumarse al plantel armero en condición de cedido. Allí tuvo su primera experiencia en el fútbol profesional. Disputó 44 partidos (cuarenta, como titular) y aportó tres goles y cuatro asistencias. Se consolidó como uno de los referentes de la categoría, actuando siempre en la segunda línea de ataque del conjunto dirigido por Joseba Etxebarria. La zona de intervención habitual durante su anterior etapa en el Dépor.
No faltan datos que retraten la diferencia de atribuciones en su regreso al conjunto blanquiazul. Como mediapunta o extremo al servicio de los de Ipurúa, tocó el balón una media de 39 veces por encuentro, completando 24 pases por partido; 16, en campo rival. Un 88 % de acierto en la distribución. En lo que va de la campaña actual, promedia 54 toques y 37,5 envíos completados; 21 en campo ajeno. El 91 % de los intentos tienen final feliz, lo que le coloca entre los cinco futbolistas más precisos de Segunda División.
La mayor participación redunda, claro, en un mayor despliegue. El joven jugador madrileño fue quien más kilómetros recorrió en los últimos encuentros disputados por el equipo coruñés. Superó los 12,2 en Cartagena y también lo había hecho frente al Racing en la jornada anterior. Cifras que avalan la versatilidad de una de las principales apuestas de la entidad blanquiazul. A finales de junio, Mario Soriano se comprometió con el Deportivo hasta el 2028. Lo pretendían varios clubes. También el Eibar, que viene esta noche a medir su evolución.