El sacerdote de la Iglesia ourensana de Santa Eufemia, Yeray Fariñas, gran aficionado deportivista, le hizo llegar al Pontífice una elástica firmada por toda la plantilla
15 nov 2024 . Actualizado a las 18:28 h.Ser aficionado a un equipo de fútbol es, muchas veces, cuestión de fe. Para ascender de categoría, ganar un título o marcar un penalti, hay no solo que ser el mejor, sino creer en que se puede conseguir, echando mano de las creencias de cada uno. Y el sacerdote ourensano Yeray Fariñas, que ejerce en Santa Eufemia, en la ciudad de Ourense, demuestra que una cosa puede tener mucho que ver con la otra. En su momento, con 16 años, decidió seguir el camino de la religión, pero sin olvidar la querencia también por el R.C. Deportivo. Fue su abuelo, que hizo la mili en A Coruña, quien trasladó a Yeray, que hoy tiene 35 años, su amor por el blanquiazul. Dios llena su vida y en ella el Dépor ocupa un lugar privilegiado, ya que siempre que puede acude a Riazor para ver jugar a los suyos.
Por eso, una de las grandes ilusiones de Yeray era poder agasajar ni más ni menos que al Papa con la camiseta de su club predilecto. Y este jueves, el sueño del cura se hizo realidad durante una audiencia privada en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano. El abonado deportivista hizo entrega al Pontífice de una camiseta firmada por toda la plantilla, que se llevó una grata sorpresa al recibirla. «Agradezco al club y al deportivismo este gesto. Soy uno más de vosotros. Ánimo, siempre adelante. Rezo por ustedes», serían las palabras empleadas por el Papa Francisco con la elástica ya en su poder según un comunicado hecho público por el conjunto herculino.
El dorsal escogido por el cura ourensano no podía estar cargado de mayor simbolismo, ya que el nombre de Francisco va acompañado del número 10, el mismo que lucieron leyendas deportivistas como O Neno Fran o, en las últimas dos temporadas, Mario Soriano y Yeremay.
Un cura multitarea
A su dedicación eclesiástica y su amor por el Dépor, Yeray, natural de Esgos, suma otras cualidades. Es, por ejemplo, un gran gaiteiro, hasta el punto de que durante la pandemia y para honrar a las víctimas del covid-19, se convirtió en el «gaiteiro de la catedral», haciendo sonar el instrumento cada día a las 11.30 horas. «Para min é unha honra poder colaborar con esta labor solidaria», contaba a La Voz en 2020. En aquel momento era cura de ocho parroquias entre Esgos y A Derrasa. Fariñas ingresó en el Seminario Mayor a los 18 años, para convertirse oficialmente en sacerdote con 28 años, siendo su primer destino la parroquia de Xinzo de Limia.