Tres días después del festival en el estadio de Riazor ante el Ajax de la Plana, como muchos conocen a este atrevido Castellón, se presentaba en la ciudad su antítesis, futbolísticamente hablando: el Club Deportivo Mirandés. Un equipo que apuesta por un sistema 1-3-5-2 que rentabiliza de manera notable sus goles, estructurado sobre un bloque medio en defensa, que no rehúye en defender de forma compacta en bloque bajo si es necesario, y asumiendo muchos menos riesgos en zona de inicio. Un señor equipo que le pasó por encima al Deportivo esta vez.
En el cuadro blanquiazul no hubo rotaciones: 1-4-2-3-1 y tan solo la entrada de Obrador en el lateral izquierdo, por las molestias de Escudero, y la vuelta del indiscutible Lucas Pérez en detrimento de Villares como dos novedades. Óscar Gilsanz parecía repetir el plan de intentar lanzar a sus extremos al espacio entre el central y el carrilero del rival. Bien es cierto que la tarea era más complicada esta vez, debido a la precipitación del Dépor y al buen hacer del conjunto de Anduva, que rentabilizó a la perfección dos errores en el área blanquiazul para dinamitar el partido.
He de reconocer que el «desorden» propuesto por Gilsanz en el inicio de ataque combinativo me gusta, pero pierde efectividad en el momento en que dicho caos se traslada a la zona de finalización, ya en campo rival. Y es que, muy a menudo, tendemos a exigir la excelencia inmediata cuando en realidad el partido llega al jugador, y no al revés, como solemos pensar.
El problema estuvo en que el encuentro para el Deportivo nunca llegó, el plan colectivo no funcionó porque, si raramente se repiten dos partidos iguales, el plan no debe ser menos. Ante un equipo tan serio como el burgalés, intentar sorprender «repitiendo» y cometer errores se paga muy caro. Tanto, que el resultado se quedó corto con respecto a la superioridad mostrada esta vez.
Sin intentar excusar mencionando el posible cansancio de los jugadores blanquiazules con dos partidos en 72 horas y la poca confianza en Bouldini, Gauto, Rama y compañía para dar refresco, lanzo una pregunta de cara al próximo año 2025: ¿Por qué no mirar para Abegondo nuevamente? Este 2024 no nos ha ido mal.
Feliz Fiestas a todos y Forza Dépor sempre!