Nuke Mfulu, el guardián del calabozo del Deportivo

Iván Antelo A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

Gilsanz ha encontrado en el pivote congoleño el anhelado equilibrio y los números lo avalan: el Dépor solo ha perdido un partido con él de titular

18 ene 2025 . Actualizado a las 19:16 h.

«Yo hablo siempre del equilibrio del equipo. Y en los entrenamientos lo hago con Nuke (Mfulu), Villares, Jose (Ángel) y Charlie (Patiño), en ese aspecto, ya que es importante por su posición en el campo. El camino que tratamos de hacer con estos futbolistas es tratar de que el equipo esté equilibrado en todo momento». Gilsanz volvió a utilizar en la previa del partido contra el Burgos (este domingo, 14.00 horas, LaLiga Hypermotion) una manida palabra que no se cansa de repetir.

El técnico de Betanzos sabe de las virtudes de su equipo, de la verticalidad que exhibe cuando toca correr con jugadores del talento de Yeremay, Lucas y Mella; pero por eso también insiste en la importancia de las coberturas y del sacrificio defensivo que protejan al Deportivo de las pérdidas generadas por ese desenfreno.

Y en ese sentido ha emergido con fuerza el nombre de Omenuke Mfulu, el guardián de las llaves del calabozo. Es el actual líder del centro del campo por su capacidad para abarcar campo y ganar duelos, algo de lo que ha adolecido el equipo en diferentes fases del campeonato.

Solo hace falta echar una ojeada a los números para calibrar la importancia del mediocentro francocongoleño. Con él de titular (10 encuentros), el Deportivo solo ha perdido un partido. Y fue precisamente el aciago duelo que cerró el 2024 en Riazor, en donde el equipo cayó vapuleado ante el Mirandés (0-4), víctima de sus excesos. Aquel día, Gilsanz despobló la medular para dar cabida a todo el talento ofensivo del equipo (Barbero, Lucas, Mella, Yeremay y Soriano) y Nuke se vio completamente desarbolado.

Fue el único borrón de Mfulu como titular en el Deportivo. En los otros nueve encuentros, el Dépor logró tres goleadas (Albacete, Cádiz y Castellón) y sumó seis empates (Málaga, Elche, Sporting, Eldense, Zaragoza y nuevamente Málaga).

Continuidad

Mfulu ha enlazado seis titularidades consecutivas. Y lo ha hecho con tres compañeros diferentes en el doble pivote: en tres ocasiones con Diego Villares, en dos con Mario Soriano y en una, la última, con José Ángel Jurado.

Nuke no se complica. De las 20,7 acciones con balón que promedia, 13,7 son en campo propio. Su precisión en el pase es del 91% porque básicamente lo que hace es entregársela a un compañero más capacitado para hacerla circular (apenas comete 2,9 pérdidas de balón por encuentro jugado). Lo suyo es el trabajo sucio. Equilibrar. De ahí que gane 3.5 duelos por encuentro (el 63% de los que protagoniza), también aéreos (0,9; 71%).

En el último choque en La Rosaleda, recuperó cuatro posesiones, interceptó un balón y bloqueó dos disparos a puerta del rival. Y todo eso, cometiendo apenas una falta en los noventa minutos. De hecho, esa es otra de sus virtudes. Bregar, incordiar al adversario, sin apenas recibir castigo. Solo lleva dos amarillas vistas, que es una tónica a lo largo de su carrera. En sus ocho años de profesional (dos en Francia y seis en España), tan solo cumplió ciclo de amonestaciones dos veces. 25 amarillas y una roja en 135 encuentros (una tarjeta cada 5,4 partidos).

Contrato

Mfulu, de 30 años, firmó el 5 de agosto un contrato con el Deportivo por dos temporadas (hasta el 30 de junio del 2026). Le costó entrar en los planes de Imanol Idiakez (38 minutos en la suma de las seis primeras jornadas) y solo se hizo un hueco cuando el técnico vasco ya tenía los días contados. Una lesión muscular en el bíceps femoral de su pierna derecha, a finales de octubre, lo hizo frenar en seco hasta que Gilsanz le dio la alternativa ante el Sporting de Gijón y ya no lo quitó del once.