Las novedades del técnico en Tenerife coinciden con las plazas que el Dépor quiere reforzar y ni Petxarroman ni Bouldini ganaron crédito en la cita
30 ene 2025 . Actualizado a las 00:10 h.La carrera de Óscar Gilsanz como interior derecho se detuvo hace veinte años en el Sporting Sada; demasiado lejos (en tiempo y categoría) como para poder hablar sobre el césped del Heliodoro. Acostumbrado, además, a no correr riesgos en sala de prensa, al míster solo le queda la opción de mandar sus mensajes desde el banquillo. A Tenerife llegó con uno acerca del mercado de invierno.
Lo envolvió en forma de novedades en el once y lo envió al campo. Las molestias de Rafa Obrador abrieron la puerta a Álex Petxarroman, a través de una permuta con Ximo Navarro. La escasez de gol dio coartada al técnico betanceiro para un relevo en punta, encomendándose a Mohamed Bouldini. Y de entre las tres mezclas disponibles en la medular, ahora que Mario Soriano tiene vía libre en la plaza de enganche, eligió la suma de José Ángel y Diego Villares.
El resultado encendió tantas luces rojas que antes de cumplirse una hora de encuentro, el de Samarugo ya ocupaba el lateral derecho. 55 minutos de recado que se hicieron largos: para cuando se cortó ya no había manera de arrebatarle el mando al penúltimo.
Ningún remedio a la noche gris de ese par de canteranos a quienes felizmente se ha entregado el Deportivo. Yeremay cargaba el peso de un penalti estrellado en el larguero y a David Mella le costaba saber qué hacer con tanto espacio abierto. Mario Soriano precisaba nuevos receptores para sus pases entre líneas.
Compareció muy al final Diego Gómez y un poco antes Juan Gauto, pero el choque había concluido para los coruñeses en ese mano a mano que Villares perdió con Edgar Badía. Tras la ocasión, el improvisado rematador retornó al centro del campo, donde causaba baja Nuke Mfulu. Ahí quiere reforzarse el conjunto blanquiazul, como en los puestos de ariete y carrilero izquierdo. Coinciden las necesidades más perentorias con los retoques efectuados por Gilsanz en la foto de grupo: Petxa y Bouldini, marcados ambos con amarilla antes de concluir precipitadamente su jornada. Fin del mensaje.