La reforma del estadio de Riazor, con todo todavía por concretar
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TORRE DE MARATHÓN
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El plan anunciado en el 2022, que se cifró en más de 100 millones, encara aún la redacción del proyecto y carece de aforo exacto, financiación pública e inversor privado
31 ene 2025 . Actualizado a las 10:37 h.La idea de reformar el estadio municipal de Riazor para que acoja el Mundial 2030 está en el aire dos años y medio después de su primer esbozo, cuando la alcaldesa, Inés Rey, anunció un plan para ampliar su aforo de las 32.490 a las 45.055 butacas —elevadas luego a 48.015— y albergar varios partidos del torneo. La FIFA concedió a España, Portugal y Marruecos la sede del evento el pasado 11 de diciembre. Según los plazos inicialmente propuestos, que se fueron revisando y demorando en varias ocasiones, era entonces cuando el gobierno local se había comprometido a anunciar el inversor privado con el que quería financiar el 30% de la reforma de la instalación municipal y poner en marcha los trámites administrativos para las obras. Ayer Rey anunció una partida presupuestaria en este ejercicio de millón y medio para la redacción del proyecto, un total de 3,5 hasta finales del 2026.
¿Qué proyecto existe?
Con la firma del arquitecto David Estany, el gobierno local difundió un proyecto que elevaba el aforo de Riazor a las 45.055 butacas, incluía una nueva cubierta completa, creaba una tercera bandeja de asientos en todo el perímetro y planteaba la demolición de toda la grada de Preferencia para crear una nueva con un túnel subterráneo. Meses después, el Concello elevó la capacidad del estadio a los 48.015 asientos. Aunque, a lo largo del 2024, el equipo de Inés Rey propuso reducir el número de espectadores. El teniente de alcaldesa Gonzalo Castro dio otro giro, al referirse hace unas semanas a la posibilidad de que el nuevo recinto fuese asimétrico, con más capacidad en los fondos. Supondría un vuelco al proyecto inicial, estética y constructivamente. En todo caso, cuando la FIFA concedió la sede a España, Portugal y Marruecos, Riazor se planteaba con 48.015 asientos.
¿Cuánto costaría el estadio?
El gobierno local evita concretar la cuantía y el reparto de la financiación. No le concretó nada tampoco a su socio municipal, el BNG, a instancias de en una amplia batería de preguntas del portavoz nacionalista, Francisco Jorquera. El proyecto esbozado por Estany en el 2022 calculaba, en apenas unas líneas, un coste de 62,5 millones; en marzo del 2024 ya subía a 90 millones. Y en un escrito firmado por Castro y enviado a la Federación Española y a la FIFA, el desembolso alcanzaba ya los 101,8 millones (88,3 de las gradas y 13,7 del entorno) más 3,4 de la redacción de proyectos y dirección de obra. Desde entonces, no se ha actualizado la factura final.
¿Hay acuerdo sobre el porcentaje que paga cada parte?
En junio del 2024, el gobierno local prometió a la RFEF y la FIFA que el estadio se financiaría a través de una sociedad mixta público-privada participada de la siguiente manera: un 40% por la Xunta, un 20% por la Diputación, un 10% por el Concello y un 30% de un inversor privado. «En esta fase del proceso, por razones de confidencialidad, no se puede transmitir públicamente la identidad del financiador privado, lo que se haría público una vez resuelta la elección de las sedes», añadía el documento firmado por los ediles Eva Blanco y Gonzalo Castro.
Ya cuando la RFEF incluyó a Riazor entre las 11 candidatas provisionales para albergar el Mundial —el proceso de designación de estadios por parte de la FIFA se demorará al menos hasta el 2026—, el vicepresidente de la Xunta, Diego Calvo, negó que el gobierno autonómico fuese a sostener el 40% del total, como le atribuyó Rey. Y reiteró su postura de que el 70% público de la aportación para el estadio se sufragase en igual medida entre las cuatro administraciones (estatal, autonómica, provincial y local). Esa ha sido su postura desde entonces, y la Xunta asegura que ya es asumida por la alcaldesa. Sin embargo, la Diputación —presidida por el socialista Valentín González Formoso— rechaza que vaya a participar en esa proporción y avanzó que lo hará «dentro das súas posibilidades», en un presupuesto anual de seis millones para todo el área de Deportes. Ayer reiteró su postura de colaborar, como hizo «en su día financiando parte de la renovación» de la cubierta del estadio.
¿Cuál es el inversor privado?
Se desconoce. El escrito firmado por Castro y Blanco indicaba que «se haría público una vez resuelta la elección de las sedes». El gobierno local deslizó en septiembre que la financiación privada estaba ya encauzada con una multinacional vinculada a la organización de grandes espectáculos, y planteaba el recinto como referente de todo el noroeste español para actuaciones multitudinarias. Según ese anuncio, la compañía pagaría parte del estadio y participaría de la explotación del recinto con eventos durante más de 25 años. Para ello debería reformularse el convenio de usos del estadio, vigente con el Deportivo hasta el año 2050. Rey insistió en octubre en que la identidad del inversor se conocería cuando el Mundial fuese concedido. Pero desde el 11 de diciembre se demora el anuncio, y la alcaldesa incluso volvía a abrir el abanico de aspirantes hace unos días en Radio Voz: «No es que no haya inversores, es que ahora hay más de los que había al principio».
¿Planea el gobierno local convertir en socio a una constructora?
Según diversas fuentes, el gobierno local sopesa que la constructora que ejecute los trabajos de reforma de Riazor disfrute a cambio de algún tipo de contrapartida. El gobierno local niega que explore esa vía, sino que sacará a concurso público las obras, e insiste en las gestiones en marcha para cerrar el inversor privado.
¿Qué opina el Deportivo?
El Deportivo no ve necesaria la ampliación de aforo, echa en falta un plan de viabilidad, cree que el gasto para un número reducido de partidos del Mundial no se rentabiliza, lamenta no haber sido consultado en la gestación del proyecto y avanza que reclamará las compensaciones necesarias por los perjuicios económicos que le causará el cierre de diferentes gradas durante las obras. También lamenta el coste del futuro mantenimiento de un recinto que puede crecer en un 47% de aforo. No participará como inversor ni como patrocinador en el proyecto. Si Riazor llegase a albergar el Mundial, el convenio entre el Concello y el club, como usuario del recinto, debería modificarse. La propia idea de un estadio para grandes espectáculos de ocio implica —como se vio en la reforma del Bernabéu— medidas de insonorización para respetar la vida de los vecinos. El proyecto inicial no recogía elementos para aislar el ruido que pudiese generarse dentro del estadio.
¿Qué nota alcanzó Riazor para una futura concesión?
La FIFA concedió la sede del Mundial a España, Portugal y Marruecos, y se abrió en diciembre un largo proceso para la designación de los estadios, que se demorará al menos hasta finales del 2026. De esos tres países se examinaron 20 recintos —entre los que el plan de Riazor fue evaluado con la peor nota: 3,4 sobre 5—. En anteriores procesos —como el del Mundial 2026— se descartó la designación de estadios inicialmente previstos y se incorporó a otros ignorados en un principio. La propia RFEF se ha marcado como objetivo estratégico que Valencia albergue el campeonato del 2030 con el Nuevo Mestalla, cuyas obras para un recinto con unas 60.000 butacas se reanudaron hace unas semanas.
La licitación debía ser en octubre del 2023 y el fin de las obras en el 2026
Las ideas para Riazor han sufrido diferentes vaivenes, desde el primer plan de aumento de 32.490 a 40.200 butacas, basado en la ampliación de la grada de Marathón (5.000 plazas) y en el hundimiento del terreno de juego tres metros para dotar a todo el perímetro de más filas de asientos (otros 5.000). Aquel boceto de julio del 2022, presentado a la RFEF en reunión oficial, tenía un primer coste de unos 20 millones, en el que Rey quería involucrar al gobierno central y al autonómico.
Al cabo de unas semanas se supo que 40.000 plazas eran ya solo para entradas, y el aforo total de Riazor debería alcanzar las 43.000. En octubre, Ucrania se unió a la candidatura conjunta de España y Portugal, aunque muy pronto quedó rechazada.
En noviembre del 2022 La Voz desveló el proyecto detallado en 77 páginas, firmado por el arquitecto David Estany, que planteaba tres anillos de gradas, una cubierta completamente nueva, la construcción a partir de cero de Preferencia —con un túnel para el acceso de autobuses y un pequeño aparcamiento subterráneo— y la creación en soportales en Manuel Murguía y la avenida de La Habana para sostener la tercera bandeja de asientos. El estadio crecería hacia arriba, dada su ubicación.
El coste ya era de 62,5 millones, en función de un cálculo muy orientativo a partir de otras obras de similares dimensiones.
En febrero del 2023 el plan había subido hasta las 48.015 plazas, para cumplir con todos los requisitos de localidades, incluidas las que no se ponen a la venta por diferentes compromisos, por lo que el tercer anillo ganaría varias filas de asientos. La estimación de gastos ya era de 65 millones.
Un mes más tarde, Marruecos ya integraba con seis sedes la candidatura de España y Portugal, sin Ucrania. A más estadios (incluidos tres encuentros iniciales en Uruguay, Argentina y Paraguay anunciados en octubre del 2023), menos partidos. Los cinco inicialmente previstos en A Coruña, serían menos.
En abril del 2023, la RFEF instó a la candidatura coruñesa a concretar los plazos y la financiación de la reforma. El gobierno local se comprometió entonces a que el nuevo estadio estaría terminado en el verano del 2026. Entonces, la idea de Rey era cerrar el plan de ejecución del proyecto y la tramitación previa en septiembre del 2023, la licitación se iniciaría en octubre de ese año y las obras se realizarían entre el verano del 2024 y del 2026. Plazos ya ampliamente incumplidos.