Helton suma otro punto a su cuenta

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

El meta volvió a salvar al Dépor, convertido en un frontón frente a Cantero y Enric Gallego, mientras los blanquiazules no llegaron a chutar a puerta

22 abr 2025 . Actualizado a las 11:41 h.

Diarra andaba despistado, buscando el cuero en el horizonte, cuando se lo llevó el tren. Helton Leite atropelló al maliense en su carrera hacia una bola que quedó muerta dentro del área tras el choque. El colegiado, en el inventario de los horrores de un Tenerife al que ha arbitrado en treinta ocasiones, pasó por alto el impacto e invitó a que el partido continuara sin dar opción a los visitantes a alterar el marcador. Habían transcurrido diez minutos y el siguiente encontronazo entre el meta del Dépor y el frente de ataque chicharrero no se produjo hasta una hora después.

Para entonces, Álvaro Cervera acababa de retocar el once, y si no lo hizo antes, según apuntó en sala de prensa, fue porque le gustaba lo que sucedía a su alrededor. Cuando finalmente se decidió, tiró de Ánder Cantero y Enric Gallego, llamados a protagonizar el arreón canario en busca de un triunfo imprescindible para mantener la fe. El milagro (doble, en este caso) lo aportó, sin embargo, el meta local.

El héroe de costumbre empezó a salvar puntos con un adorno en forma de estirada, manopla en alto, para desviar por encima del larguero un balón que enfilaba la red. Lo impulsaba el derechazo de Cantero, quien había logrado deshacerse de Petxa tras amansar la pelota centrada desde el otro carril. Ganada la distancia precisa, disparó exigiendo una palomita destinada a activar la grada, a falta de ocasiones para el bando coruñés.

La siguiente oportunidad volvió a correr a cargo de la visita. Bodiger porfió con Pablo Martínez para alcanzar el rechace de Pablo Vázquez. El duelo entre franceses cayó del lado del que representaba al anfitrión, aunque el triunfo en este pulso estuvo a punto de resultar fatal. El cabezazo en plancha colocó en ventaja a Enric, habilitado para encarar a Helton sin incurrir en fuera de juego, asistido por un rival.

El brasileño aguantó en cuclillas, negando espacios a su espalda al veterano ariete y manteniendo el brazo firme cuando el delantero empleó la zurda para golpear con el exterior. Otro empate asegurado, a semejanza del de hace una semana ante el Mirandés. En Anduva, la exhibición provocó la sonrisa de satisfacción de su autor. En Riazor, mantuvo el gesto serio. Este punto no merecía mayor celebración.