
Los de Manuel Pablo caen eliminados en Murcia pese a jugar media hora en superioridad
17 may 2025 . Actualizado a las 21:41 h.Concluyó la aventura, pero no todo está perdido. La campaña llegó hasta mediados de mayo, pese a la escasez. Manuel Pablo llevaba tiempo exponiendo en sala de prensa la cruda realidad de un filial cogido con pinzas y empleó como ejemplo práctico la vuelta de la primera eliminatoria de un play off. No habrá ascenso este curso, que sin embargo tendrá el valor extra del crecimiento personal de varios canteranos y quizá sirva también como lección: si la labor formativa es indiscutible, para competir con garantías en el cuarto peldaño del fútbol hace falta un abanico mayor.
Al Fabril le costó medio encuentro y un par de goles contra entender de qué iba el duelo y cómo meter mano a un rival resabiado. Encajó enseguida, además. Dispuso de un saque de esquina a favor, rematado por Alfaro para lucimiento de Ackerman y concedió otro en el que Javi Ramírez comenzó a decantar el cruce a favor del UCAM. No habían pasado tres minutos cuando el central local escapó de la marca y enganchó una potente volea inalcanzable para Alberto.
El tanto hundió al conjunto blanquiazul, incapaz de superar al toque la primera línea de presión murciana. Acusó la baja de Manu Ferreiro, lesionado gravemente en el choque de Riazor, y solo encontró ventajas en las incursiones de Mané. Kevin Sánchez puso voluntad, pero sufrió persiguiendo en vano los numerosos balones enviados en largo. La zaga dispuesta por Germán Crespo apenas concedió un chut lejano que se perdió a escasa distancia del palo.
El anfitrión supo parar el partido cada vez que amenazaba con acelerarse e incluso dobló la ventaja al poco de concluir la pausa de hidratación. Rubén del Campo recibió un pase en profundidad, pisó área y soltó un derechazo exigiendo la estirada de Alberto. La intervención del meta devolvió la bola al punto de penalti, a donde llegó sin oposición Ale Marín. Nadie quedaba ya para interceptar el disparo a la red.
Segundo revés para los coruñeses, entre quienes Mané seguía siendo el único empeñado en plantar cara. Como muestra, su cabezazo al palo poco antes de que el colegiado decretara un descanso en la cita.
La diferencia, en el juego y el marcador, exigía reacción inmediata y el filial ensayó una en cuanto arrancó el segundo tramo. A falta de control en la medular, insistió por banda y fue obteniendo pequeños beneficios en forma de tarjetas para el rival. La más importante se la llevó Yeremy, tratando de frenar al incontrolable Mané. Clave porque iba a ser la primera de dos.
La segunda abrió la eliminatoria de par en par: junto a la expulsión dejó como premio un penalti, con media hora de margen hasta el final. Hubo centro desde la izquierda y dos agarrones en el área. El árbitro se quedó con el más claro: el lateral del UCAM resbaló y enganchó a Guerrero desde el suelo, evitando que pudiera rematar. Kevin asumió la responsabilidad y no falló desde los once metros, por mucho que Ackerman adivinara el lado hacia el que saldría el balón. 2-1 y tiempo de sobra para seguir produciendo en superioridad.
O no, porque de repente al Fabril se le agotaron las ideas y volvió a su versión del arranque, ante un adversario acantonado en busca de una contra. La encontró en el 78, para liquidar el cruce. Carrera de Gonpi y asistencia para Amin, que picó el cuero ayudado por el intento de despeje de Damián.
Ahí se rindieron definitivamente los blanquiazules, sin oponer más resistencia que un lanzamiento de falta enviado alto por Bil. Infeliz conclusión a una temporada estupenda pese a los recursos limitados. Llegó al 17 de mayo, demostrando que aún hay mimbres para el porvenir.