Pablo Martínez abandona el Deportivo

Antía S. Aguado A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El carismático central, que conectó desde el primer momento con la afición, dice adiós después de tres temporadas: «Me iré como un deportivista más»

26 may 2025 . Actualizado a las 17:20 h.

Se marcha Pablo Martínez. Su carisma. Su indudable conexión con la grada de Riazor. Su compromiso. Y su liderazgo. Ese que, durante este curso, ha tenido que ejercer desde el banquillo y no desde el verde. Con 36 años, 94 partidos y cuatro goles, se despide de una ciudad y un club que ha calado hondo en él. «Después de tres años defendiendo este escudo y esta camiseta, nuestros caminos se separan. Fueron tres años maravillosos. Desde que llegué, la gente me enseñó lo que era el Dépor. (...) Gracias a la afición por todo, por el apoyo que me habéis mandado. Fue un sentimiento muy fuerte defender esta camiseta. Me iré como un deportivista más», subrayó el francés durante un emotivo vídeo de despedida.

El contrato del central finalizaba en junio y, aunque existía una opción de ampliar su vinculación un curso más en caso de cumplir ciertos objetivos, Martínez dejará de vestir la elástica blanquiazul. Una que podría enfundarse, por última vez, este domingo en Riazor. La que siempre será su casa. «Jugar en este estadio fue un escándalo. Ver cómo la gente anima al equipo, sobre todo el día del ascenso, fue una locura. Cada vez que pisas este campo sabes lo que tienes que hacer. Si vas con todas las ganas del mundo, la gente te lo va a agradecer. Y yo salí siempre el campo con esta idea, dar todo. A veces me salió bien, a veces un poco menos, pero esa la idea», dijo sobre el feudo del Dépor y su afición.

«No mentí. Cuando llegué dije que quería dejar a este club en el mundo profesional y lo hemos conseguido el año pasado con esta piña. Con toda la gente, con la plantilla que teníamos y con el entrenador también, porque yo creo que todo salió de ahí», apuntó sobre el ascenso a Segunda. Uno del que fue pieza clave. No había venido al Dépor para jugar en tercera ni para vivir en el pasado del club. Él quería devolverlo al fútbol profesional y, tras cumplir lo prometido, cierra su círculo. Uno que, incluso, estuvo a punto de no abrirse nunca. Porque hubo un momento en que Martínez se planteó seguir con su trabajo y que el fútbol fuera eso, un mero entretenimiento.

«Trabajé en el Carrefour y en la empresa de mis padres, eso sí da miedo. No saber si tus hijos van a estar bien, si van a tener un plato delante... Eso es el miedo. Nunca lo he sentido en un campo de fútbol», desveló en una entrevista en La Voz un jugador que, durante estos últimos tres años, se ha ganado el cariño de la parroquia deportivista. Por su forma de ser natural, sin filtros y espontánea.

CESAR QUIAN

La afición vivía un déjà vu desde hace semanas. Porque, a finales de mayo del 2024, el futuro del galo también fue una incógnita. La aumentó con un gol ante el Castellón. Esa celebración del baile del cangrejo que remató con un beso y una seña al escudo. Aquella tarde Riazor le despidió con cánticos de «Pablo, quédate». Los de este domingo serán diferentes. Pero, al igual que ocurrió hace un año, PaMa se volverá a emocionar.