El Deportivo confirma que Gilsanz no entrenará al equipo y le ofrece un cargo interno

La Voz

TORRE DE MARATHÓN

Gilsanz, durante una charla en Ferrol el pasado mes de mayo
Gilsanz, durante una charla en Ferrol el pasado mes de mayo CESAR TOIMIL

El betanceiro podría asumir el nuevo puesto de coordinación de la Escuela de Entrenadores del Deportivo y de los Proyectos Formativos Externos

09 jun 2025 . Actualizado a las 21:02 h.

Óscar Gilsanz no continuará como entrenador del Deportivo la temporada que viene. Las reuniones que la dirección de fútbol y el propio técnico han mantenido en los últimos días han desembocado en una decisión que era un secreto a voces. El silencio de las últimas semanas en torno a su futuro y el sondeo de diferentes alternativas al banquillo vinieron a confirmar las sospechas sobre la falta de confianza por parte de los responsables del club en la continuidad del actual entrenador. El propio director de fútbol, Fernando Soriano, había declarado al terminar el partido de Anduva frente al Mirandés, el pasado 13 de abril: «Por supuesto que estamos contentos con Óscar Gilsanz, pero no es momento de hablar de futuro».

Sin embargo, el club no pretende desentenderse de un profesional de la casa que ha demostrado su valía en todos los puestos que se le han encomendado. Ahora le ofrece asumir la coordinación de la Escuela de Entrenadores del Deportivo y de los Proyectos Formativos Externos, un cargo de nueva creación diseñado para reforzar el desarrollo estratégico de la cantera de la entidad desde el aprendizaje continuo de sus técnicos.

Con su llegada en el 2018 para hacerse cargo del Laracha, que por entonces ejercía como segundo filial deportivista en Tercera División, hasta esta misma temporada, Gilsanz ha alcanzado los objetivos que se la han ido marcando en una trayectoria marcada por un deportivismo a ultranza, su carácter tranquilo y la lealtad inquebrantable al club. Por este motivo, las reuniones mantenidas con los responsables deportivistas abrieron la posibilidad de que acabe integrándose en la estructura interna de la entidad de cara a la próxima temporada.

 Óscar Gilsanz está meditando la propuesta, que, según el club, «reconoce su experiencia, conocimiento y sensibilidad pedagógica como activos clave para consolidar la estructura metodológica del club. Desde este rol, contribuiría a la formación de entrenadores y al fortalecimiento del vínculo con el tejido futbolístico de nuestro entorno».

En su última rueda de prensa, al término del partido contra el Elche, y cuestionado por la posibilidad de quedarse en el club con otra responsabilidad diferente a la de entrenar, respondió: «Non falo de hipóteses. Qué é estar no club doutra maneira? Pois depende. Se me poñen de presidente, digo que non. Ata agora eu sempre fun primeiro adestrador. Sempre tiven esta desgraza. Sempre aprendín sobre o que a min me pasou, nunca aprendín sobre o que lle pasaba ao do lado. E iso é bo e é malo. Eu síntome primeiro adestrador, pero iso nunca se sabe».

Sus últimos meses en el Deportivo también le han abierto la opción de un cambio de aires. El técnico ha llamado la atención de equipos que se han interesado por sus servicios para incorporarlo al banquillo de cara a la temporada que viene. Tras su bagaje al frente del cuadro de Riazor, las expectativas que el técnico de Betanzos despierta han aumentado y su número de teléfono figura en la agenda de entidades de Segunda División y Primera Federación que no han decidido cuál será su próximo entrenador.

Con la propuesta abierta por el Deportivo de integrarse en su estructura interna y el mercado en ebullición, a Gilsanz no le faltarán posibilidades de trabajo este verano.

Las treinta jornadas de Liga con números de «play off» a las que solo sobró el último mes de campeonato

Respaldado por su labor en la cantera blanquiazul, a Óscar Gilsanz le llegó con 51 años la oportunidad soñada: entrenar al Deportivo. Asumió el cargo a finales de octubre, cuando el equipo coruñés, ascendido después de cuatro temporadas en el barro, era antepenúltimo. Sustituyó a un Idiakez al que el salto desde Primera Federación no bastó para gozar de más crédito, dado el pobre rendimiento del equipo, que marchaba en descenso.

El entrenador de Betanzos promocionó desde el Fabril, primero de forma interina, y después, gracias a su debut con un brillante triunfo por 1-5 contra el Cartagena, ya confirmado en el puesto hasta final de temporada. El club destacó entonces su sensatez, conocimiento de la casa y de la cantera y capacidad para la gestión de grupos. Contó con David Lagar como ayudante y segundo entrenador, y con un profesional de la confianza de Fernando Soriano, Antonio Méndez, como asistente.

Gilsanz levantó al equipo en la tabla de forma inmediata. De hecho, su parcial al frente del Deportivo lo situó de forma simbólica entre los mejores equipos de la categoría, contabilizando tan solo los resultados registrados en las jornadas durante las que permaneció al frente del equipo. A un mes del final, después de la brillante victoria (5-1) en Riazor contra el Albacete, el Dépor sumaba bajo su mando 43 puntos, solo tres menos que el Levante, el Almería y el Oviedo.

Esa gran proyección terminó, a cuenta de las bajas, las pruebas y los malos resultados del último mes, con cuatro derrotas seguidas para cerrar el curso, pero salvado con holgura en la decimoquinta plaza de la clasificación.

Antonio Hidalgo, Sergio González y Luis Carrión, los que más han gustado

El Deportivo lleva semanas abordando el proceso de selección de su próximo entrenador. La no continuidad de Óscar Gilsanz abre ahora un compás de espera para que la entidad anuncie el nuevo inquilino del banquillo de Riazor. Su designación supedita la confección de una plantilla con numerosos frentes abiertos, la política de fichajes y la planificación de la temporada y de la coordinación con el filial, entre otros asuntos.

Desde hace días, el club contempla como posibilidades a varios preparadores que se encuentran libres en el mercado. Entre ellos, tres de los mejor considerados son Antonio Hidalgo, Sergio González y Luis Carrión. El Deportivo quiere que el nuevo entrenador aproveche parte del cuerpo técnico que puso a disposición de Gilsanz.

Continuidad en la estructura

Este es otro de los aspectos que pesan en las negociaciones. Son distintos empleados que se ocupan de la preparación física, entrenan a los porteros, dan servicio y apoyo al rendimiento del futbolista tanto desde el punto de vista físico como psicológico, al tiempo que analizan datos propios y de los rivales. De todos ellos guarda el club la mejor consideración, y su continuidad en la estructura del primer equipo supone otro aspecto más de uno de los pilares de futuro del Deportivo: el desarrollo estratégico de la cantera, no solo en cuanto a sus jugadores, también para sus técnicos.

En su librillo, Hidalgo, recién concluida su etapa en el Huesca, y Sergio, que dirigió al Cádiz el pasado curso, presumen de un fútbol más atractivo y de ataque, mientras Carrión, que empezó esta temporada en Primera con el Las Palmas, pone el foco en la solidez. Para todos será innegociable el protagonismo del Deportivo en los partidos y el liderazgo de los futbolistas de talento por encima de las pizarras.