
El Deportivo descarta afrontar desembolsos tan elevados por futbolistas en último año de contrato que han mostrado voluntad de jugar en Riazor
22 jul 2025 . Actualizado a las 17:33 h.Ni Miguel Loureiro, ni Riki Rodríguez; de momento. La voluntad del cercedense y el asturiano para recalar en el Deportivo se está encontrando con la postura tajante de los propietarios de sus respectivos pases, poco dispuestos a facilitar el traspaso de estas piezas claves en sus estructuras a un rival de la misma categoría.
En el caso del Albacete, la falta de entendimiento es una réplica de lo ya sucedido en el mercado de invierno, cuando el centrocampista y capitán del conjunto manchego admitió públicamente haber estado cerca de abandonar la entidad: «Que se interesen por ti y lleguen ofertas es algo bueno. Debía aceptarlas el club, y no lo hizo, así que yo estaba tranquilo porque tampoco llegó el momento de tomar una decisión. Lo que me toca es acabar bien la temporada aquí». Ahora, concluido el curso con la permanencia holgada de los del Carlos Belmonte, el futbolista ha llamado a la puerta de Toché. Aquel delantero que militó dos campañas en el conjunto coruñés (ascenso a Primera incluido) ejerce ahora de director deportivo de los albaceteños y debe dar el visto bueno a la operación.
Nada indica que la solicitud haya allanado el terreno, ni que se hayan movido los marcos de la solicitud inicial, rondando el millón de euros. Cifra descartada por los blanquiazules a cambio de un jugador en último año de contrato que considera agotado su fructífero ciclo en el club, tres temporadas y media después.
Algo similar sucede con Loureiro, quien a mediados de abril vio cómo su vínculo con el Huesca se ampliaba automáticamente hasta el 2026. Era el premio envenenado a su rendimiento a las órdenes del mismo Antonio Hidalgo que ahora desea verlo entrenándose en Abegondo.
El técnico catalán aprecia en este defensa de fugaz paso por las categorías inferiores del Dépor (una lesión derivada del crecimiento le impidió pasar del infantil) las condiciones idóneas para ocupar las plazas de lateral diestro y de central en ese característico eje de la zaga repartido entre tres.
La sintonía en este caso parecía mucho mayor, ya que la buena relación entre entidades no se había visto afectada por el movimiento del míster, ni por el de otros como Ismael Arilla, director de cantera de los coruñeses. Sin embargo, la negociación ha encallado alrededor de la misma barrera del millón.
Sin prisa por el salto en dos plazas que aún están bien surtidas (especialmente, la del centro del campo, con seis especialistas en nómina), la semana determinará si es preciso que la dirección de fútbol se marque un objetivo más acorde al límite salarial.