Visitante complicado el que recibió el pasado sábado el Deportivo en Riazor: un eficiente Sporting de Gijón que solo conocía la victoria en tres partidos. Antonio Hidalgo introdujo varios cambios en el once: Charlie Patiño por el lesionado Jose Gragera; Luismi Cruz por el internacional David Mella; Ximo Navarro en lugar de Arnau Comas, y Samuele Mulattieri en punta. El plan de partido sufría variaciones en ese 1-3-4-2-1 con balón que tanto gusta al entrenador catalán, alternado durante el encuentro por el básico 1- 4-2-3-1, acostando en banda izquierda a Yeremay Hernández.
El cuadro blanquiazul tomó las riendas del partido de manera progresiva, mientras que los de Asier Garitano demostraron el porqué de su clasificación: presión alta en los reinicios de campo rival y bloque medio-bajo para transitar tras robo o pérdida rival, buscando un encuentro cerrado en el que al Dépor le costase combinar.
Cierto es que, aún falto de cierto dinamismo bajo mi punto de vista, Patiño aporta elementos nuevos a la salida de balón blanquiazul: filtra pases con mayor facilidad, limpia las jugadas y busca estar siempre cerca del centro de juego (en demasía). Novedades también presentó Mulattieri, que estuvo bien en los duelos y en el juego directo, sobre todo cuando el cuadro gijonés intentaba ahogar la salida de balón coruñesa. A pesar de los brotes verdes, el conjunto de Hidalgo no conseguía acosar de manera continua a su rival.
En la segunda mitad el Deportivo empezó a generar en los perfiles: liberando a Yeremay y Luismi como extremos, laterales por dentro y acostando a Mario Soriano o Patiño, buscando generar superioridades en amplitud. He de reconocer que me gusta la actitud proactiva de un entrenador para buscar soluciones con cambios tácticos o de nombres, dignifica la profesión y dinamiza el grupo, algo fundamental para conectar al jugador.
Últimamente, en redes sociales, se intenta describir un halo de energía que rodea a determinados cuerpos: el aura. Nada mejor que el gol de un canterano en el minuto 89 y posterior explosión de Riazor como ejemplo didáctico. Cuidémosla.