El mítico exportero y exentrenador nació un 26 de febrero de 1909
27 feb 2015 . Actualizado a las 13:38 h.El 26 de febrero está inscrito con letras de oro en la historia del Deportivo de La Coruña. Tal día como hoy hace 106 años nacía en el barrio de Orillamar uno de los personajes más importantes y queridos en la historia del club blanquiaazul: Rodrigo García Vizoso.
Penúltimo de una familia de 14 hermanos formada por un carpintero y una cigarrera, Rodrigo trabajó de cerrajero y también se dedicó al oficio paterno. A los 18 años entró en el Dépor, y protagonizó la primera hazaña de la historia del club. Ocurrió el día de San Isidro de 1932 en Chamartín. El Madrid intentaba remontar un 2-0 que se había traído de A Coruña. Era la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey. Los blancos habían ganado la Liga invictos. El Deportivo era un equipo de Segunda. La remontada se daba por hecha. Pero allí estaba Rodrigo. Cuentan las crónicas que le tiraron 76 veces a gol. Pero sólo dos balones llegaron a la red, uno de penalti y otro ilegal. El Dépor pasó. «Don Rodrigo, el Cid Campeador de La Coruña», lo bautizó la prensa de Madrid.
En 1934, Rodrigo fichó por el Madrid, en el que estuvo un año «de suplente del gran Zamora», según le recordaba al periodista de La Voz de Galicia Rubén Ventureira. Sólo jugó amistosos. Después se marchó al Granada, donde llegó a ganar «400 pesetas al mes». Tras la guerra civil se retiró. Empezó a trabajar en la Fábrica de Armas y a ejercer como entrenador. Y en esa faceta es donde se le recuerda con especial cariño, por su trabajo con las categorías inferiores.
A Rodrigo se le atribuye la paternidad futbolística de Luis Suárez. Lo llevaba a entrenar con el Deportivo Juvenil, el equipo al que Rodrigo ascendió a Segunda, con tan sólo 9 años. «Era un fenómeno. Con esa edad ya los sentaba a todos. Yo le regalé sus primeras botas. Me las hizo el zapatero de la Fábrica de Armas», recordaba Rodrigo. También ganó con el conjunto blanquiazul el primer Teresa Herrera deportivista, el del año 1955.
Rodrigo García Vizoso era un personaje muy querido por el depotivismo y también por el fútbol modesto coruñés, como quedó de manifiesto cuando recibió el cariño de todos al cumplir su centenario a pies de la Torre de Hércules. Incluso en esa cita, Rodrigo hizo gala de su modestia y humildad, y quiso realizar una ofrenda floral en el busto de su desaparecido amigo Antonio González (ex presidente del Liceo y del Deportivo). Pocos meses después moría en A Coruña.
Rodrigo García Vizoso era el último futbolista superviviente de la primera Liga española, la de 1929, que disputó con la camiseta del Deportivo en Segunda. Un mito cuyo recuerdo perdura en el deportivismo.