El día que Arturo Patiño y Claudio Barragán emularon a Messi y Luis Suárez

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Arturo, a la izquierda casi fuera de marco, ve cómo Claudio remata contra el Horadada
Arturo, a la izquierda casi fuera de marco, ve cómo Claudio remata contra el Horadada César QUian

En una eliminatoria de Copa ante el Horadada en 1992, Arturo Patiño y Claudio anotaron siete goles

04 feb 2016 . Actualizado a las 20:01 h.

Leo Messi y Luis Suárez asombraron ayer al mundo del fútbol siendo los principales protagonistas de una magnífica actuación colectiva del Barcelona que sirvió a los azulgranas para destrozar al Valencia 7-0 en el Camp Nou.

El póker de goles del uruguayo y el hat trick de Leo Messi, lejos de lo que pudiera parecer, tienen un precedente en Copa y ese último precedente tiene como protagonistas a dos jugadores del Deportivo: Arturo Patiño y Claudio Barragán.

Fue en una eliminatoria de tercera ronda de Copa del Rey en 1992 ante el conjunto murciano del Horadada. En el encuentro de Riazor, el conjunto entrenado por Arsenio Iglesias goleó de manera escandalosa por 9-1, con Arturo Patiño anotando cuatro goles y Claudio Barragán haciendo un hat trick. El Deportivo no dio opción al modesto conjunto murciano y pasó a la siguiente ronda. En aquel choque también hizo dos tantos el malogrado Mujica.

El malogrado Mujica marcó dos goles en aquel partido contra el Horadada
El malogrado Mujica marcó dos goles en aquel partido contra el Horadada César Quian

Sin embargo, los dos grandes protagonistas de aquella historia corrieron una suerte dispar. Claudio Barragán siguió militando en el Deportivo y fue el fiel escudero de Bebeto de en la delantera del conjunto herculino. Por su parte, apenas una semana después de su póker de goles, Arturo Patiño abandonaba la disciplina deportivista para recalar como cedido en el Lugo «al menos allí tendré minutos», decía el jugador. La razón de su marcha estaba en las pocas oportunidades que estaba teniendo para demostrar su talento en una delantera herculina que, desde ese mismo verano de 1992, tenía un dueño que se acabaría convirtiendo en leyenda;  José Roberto Gama de Oliveira, Bebeto.