Asesinos sueltos en Vigo

| LUIS CARLOS LLERA |

VIGO

CONTRAPUNTO

28 abr 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

VAN CON el arma cargada por la calle, reluciente, cegando con el destello del sol. Pasan desapercibidos para la Policía y pasean tranquilamente por Gran Vía o Beiramar. En Gran Vía, el homicida del deportivo rojo baja zigzagueante sorteando la doble fila a ciento veinte, camino de la plaza de América como si fuera el primero en llegar al Nuevo Continente. En Beiramar, el conductor de la berlina cambia de carril a su antojo mientras sostiene una larga y apasionada conversación por el móvil. Ellos se saben impunes. ¿Cuántas multas se ponen en la ciudad por hablar largo y tendido, casi party-line, por el inalámbrico? A estos homicidas, que no trabajan a sueldo de nadie, sino de su propia soberbia, de su inmadurez fantasmagórica según la cual cuanto más tienes más vales, a estos dueños de 250 caballos desbocados a tumba abierta por el túnel de la muerte, no les importa nada ni nadie salvo ellos mismos. Por todo eso, estos imitadores de pacotilla de Carlos Sáinz o Michael Douglas no deberían conducir nunca máis.