Aramis y Rappel en Vigo

La Voz

VIGO

Cuentos Municipales

03 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

OCIALISTAS y nacionalistas del Concello de Vigo al fin se han puesto de acuerdo en algo: necesitan un adivino. Cada uno da su versión de cómo ha sido posible el consenso, pero ninguno dice la verdad. Lo cierto es que quieren saber anticipadamente qué van a hacer los otros en los próximos diez minutos. Naturalmente, tienen que conservar las maneras, y cada uno decide que, como si fuera el aspirante a la Gerencia de Urbanismo, cada grupo contará con un asesor diferente. Los de El de la Triste Figura optan por Aramis Fuster y los de El Principito Valiente se apuntan a la solución Rappel. También hay acuerdo a la hora de pagar los servicios de los contratados: será con cargo a las arcas municipales. La Esperanza Rubia ha tenido una reacción rápida, como todas las suyas, aunque un tanto desnortada, porque no se ha enterado cómo van a pagar a los contratados. - Está claro que los de Aramis y los de Rappel tienen el mismo mal gusto. Si yo tuviera que contar con alguien para conocer el futuro inmediato y aún el remoto, intentaría que me echara una mano Ana Palacio, la ministra de Perejil, que esa sí sabe lo que se cuece, incluso en Irak. La primera prueba que le han hecho los nacionalistas a la Fuster ha sido averiguar algo que les importa mucho. - Aramis querida, ¿cómo será el futuro de Vigo sin Ventura? Como El de la Triste Figura nunca habla con mayúsculas, la respuesta de la Fuster no ha podido ser más que una, se ha ido por lo facilón. - Naturalmente un Concello sin ventura, como su propio nombre indica, estará falto de dicha, no contará con felicidad. A Rappel, ¡casualmente!, los socialistas le han preguntado exactamente lo mismo. En nombre de todos los demás ha formulado el requerimiento Sor Alegría, que para eso es la portavoz. Una mujer cuidadosa, que sabe donde pone las mayúsculas... con lo cual la respuesta, aunque cabalística, ha sido ajustada a la pregunta. - Un Concello sin Ventura es una incógnita -ha dicho muy formal Rappel-, porque ¿soy yo acaso el guardián de mi hermano, para saber quién en el fondo de su alma quiere hacer de Ventura bis y encaramarse a la Alcaldía..? Ya sabéis, la duda que tiene El Principito Valiente es la misma de aquel cantautor que se preguntaba «quién dormirá en mi cama» y otras cosas de la herencia, cuando todavía Rajoy no se había empeñado en reducir los impuestos sobre las transmisiones patrimoniales. Durante los primeros días, la cosa funciona. Uno y otro adivino van dando pistas a cada grupo municipal sobre los movimientos del otro, con lo que anulan los efectos de cada cual, porque tanto El Principito como El de la Triste Figura saben casi todo de los otros poco antes de producirse. El asunto se complica cuando Aramis, mujer al fin y por tanto sumamente intuitiva, llega a la conclusión de que en las sedes de los tres grupos municipales está todo poco limpio... ¡y en consecuencia hay petróleo! Cuando los líderes reciben las primeras pistas, deciden que el asunto se silencie, no sea que El Justeciero Laboral, que preside el comité de empresa, quiera que los grupos políticos repartan con el personal, que es muy suyo. Nuevamente, en una ocasión en la que lo que está en juego es Vigo, todos se ponen de acuerdo en algo. Que a la hora de explotar sus pozos de petróleo, sea El Delegado de la Bien Pagá, ese Consorcio milagroso cargado de dinero, quien costee los trabajos. Del reparto del oro negro, por ahora, no hablan.