La próxima apertura de la gasolinera de Alcampo augura una guerra de precios

Alberto Magro VIGO

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Vigo es la urbe gallega con combustible más caro, superando en 3 céntimos la media española Los surtidores del centro comercial de avenida de Madrid están a la espera de la licencia municipal

13 abr 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

?os vigueses pagan los combustibles más caros de Galicia. Pero esta certeza, consagrada por los datos del Ministerio de Economía, podría llegar pronto a su fin. El cambio de tendencia depende del grupo de distribución comercial Alcampo, que inaugurará en breve una estación de servicio en su establecimiento de la avenida de Madrid. La nueva gasolinera de Vigo está sólo a la espera de obtener los permisos municipales precisos, según informaron ayer desde Alcampo. Cuando eso ocurra, el centro comercial comenzará a distribuir combustible a precios similares a los de las otras 17 gasolineras que tiene en territorio español. Eso significaría que la nueva estación de servicio ofrecería las tarifas más baratas de Vigo. La referencia más cercana está en Ferrol, donde Alcampo dispone ya de surtidores: en ellos los precios del litro de combustible son hasta cinco céntimos más baratos que en los puestos tradicionales de Vigo (como muestra la tabla de la derecha). No es el único ejemplo. De hecho, siete de las diez gasolineras más baratas de España son propiedad de grandes compañías de distribución comercial, como Alcampo, Eroski (que tiene una en Lalín), Makro o Lecrerc. Su presencia además provoca una espectacular bajada de precios en las gasolineras tradicionales de su área de influencia. El caso de la estación de servicio del centro comercial Leclerc en Salamanca resulta especialmente reseñable: su inauguración provocó que una gasolinera situada a 500 metros redujese instantáneamente sus tarifas, hasta el punto de que en la actualidad el gasóleo más barato de España se vende en ambos puestos, según corrobora el Ministerio de Economía. Estímulo a la competencia El efecto de la instalación de surtidores en centros comerciales no sólo afecta a las estaciones de servicio más cercanas. En las ciudades en las que Alcampo y compañía decidieron comercializar combustible se observó una caída general de las tarifas. Y eso es precisamente lo que podría ocurrir en Vigo, máxime si se tiene en cuenta que en la zona de avenida de Madrid, junto a la futura gasolinera de Alcampo, están instaladas en la actualidad cuatro estaciones de servicio tradicionales. Por ello la guerra de precios que podría provocar Alcampo sería muy beneficiosa para el consumidor vigués, que ahora es víctima de un mercado en el que las diferencias no superan el céntimo. La falta de competencia es tal que la propia Xunta elaboró hace tres años un informe que revelaba que el 96% de las estaciones de servicio gallegas fijaban tarifas que se diferenciaban en menos de un céntimo. Esta investigación del Gobierno autonómico se convirtió en una denuncia ante el Tribunal de Defensa de la Competencia, que decidió archivar el asunto. Ahora, la irrupción de las gasolineras de Alcampo en Vigo puede animar a otras cadenas. Algunas, como Eroski, ya están en Galicia. Otras, como Carrefour, se lo están pensando.