Gozar con el teatro tradicional

| PABLOS |

VIGO

CONTRASTES

26 feb 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

DESCUBRIR ahora a Els Joglars sería casi como bautizar hoy al Mediterráneo. Mas conviene enfatizar que se trata, sin duda, del teatro más auténtico y tradicional, con una visión de lo que es el espectáculo escénico que aplaudimos en el siglo XXI y lo habrían hecho los contemporáneos de Aristófanes y de Plauto y Terencio. Por supuesto, también, los de Cervantes, uno de cuyos más ingeniosos «entremeses», es decir, pieza brevísima a modo de juguete cómico, El retablo de las maravillas, sirve de apoyo a ese genio escénico, ese «animal» monstruo del teatro que es Albert Boadella, para montar su propio espectáculo, actual, nuevo y eterno, clásico y vanguardista, en el que no queda títere con cabeza y se mofa de cuanto se le ocurre, desde políticos a fundadores de organizaciones religiosas, pasando por mitos de embobamiento como son la plástica «post moderna» y la llamada nueva cocina, que es ver lo que no hay, como quería Cervantes que sus pícaros consiguieran hace cuatro siglos. Actores acróbatas, bailarines, mimos. Es decir, cómicos que reúnen todas las difíciles condiciones del viejo y eterno oficio, para que el espectador se sienta identificado, y participe, y le sepa a poco una representación que, ininterrumpidamente, dura más de dos horas. Frente a tanta comedia mala, a tanto teatro baladí, el ingenio al servicio del talento, la imaginación sobre el escenario, la identicación eficaz de acción, escenografía, vestuario, luminotecnia y atrezzo. Porque todo es útil, dinámico, en el espectáculo de Els Joglars, y en verdad que es una maravilla de desenfado y brillantez este renovado retablo cervantino, que espolea la voluntzad de volver a verlo en cuanto podamos y de ser fieles a sus intérpretes, el mejor espectáculo teatral que pasea los escenarios de España, desde una independencia y veteranía que Boadella y su «troupe» medio circense se han ganado a pulso y con desafío de todo convencionalismo. Gracias, Caixanova, por ofrecernos esta maravilla.