Silencio

CRISTINA LOSADA

VIGO

ANTÍPODAS | O |

09 jul 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

SUCEDE en otro puerto y de un puerto a otro habrá que transmitir lo acontecido. Se trata de amenazas que afectan a personas apreciadas y admiradas por su talento y su trabajo. Como Albert Boadella, el fundador del grupo de teatro Els Joglars, y como el periodista Arcadi Espada. Los dos han venido alguna vez por estas costas. Ellos, unidos a otros, se plantaron recientemente en desafío al discurso y poder hegemónicos en Cataluña. Sacaron un manifiesto contra los nacionalistas de todos los partidos y, en particular, contra los que ahora allí gobiernan. Denuncian una ideología que rinde culto a lo simbólico y que propicia el odio y el conflicto entre los catalanes y el resto de los españoles. Su texto se halla en su web: Ciutadans de Catalunya. Uno puede estar de acuerdo o no con sus ideas, y yo lo estoy casi al cien por cien, pero ante el éxito de su plante, que secundaron enseguida muchos, han ocurrido dos cosas: ley del silencio y amenazas. Hay quienes frente al adversario y el disidente no recogen el guante dialéctico, sino que echan mano a la pistola. Cuando ya no la tienen, como es el caso, incitan a boicotear, marcar a fuego y hacer la vida imposible al oponente. Alardean incluso de ganas de exterminarlo. En esos términos y otros del tenor, se expresaba el autor de las amenazas, Oriol Malló, en un diario financiado con dinero público. No porque sean los amenazados personajes conocidos y talentosos, traigo aquí el caso. Lo expongo por quebrar la ley del silencio. Al menos, que entre los puertos de mar, entre Vigo y Barcelona, hermanadas por sutiles corrientes, se sepan estas cosas. Pues el silencio es el peor síntoma de la patología política que produce esas erupciones violentas. Ya que significa complicidad con ellas. Ya que revela el miedo. closadafernandez@yahoo.es